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Era como si la suerte volviera a estar de mi lado, después de un accidente tan horrible realmente agradecía que decidieran mandarme a casa.

Estaba realmente agotado.

Sí, otra vez.

En cuanto llegué ni siquiera me fijé si había alguien, simplemente tiré mis cosas y fuí a mi habitación a deshacerme de mi ropa y meterme bañar, podía haber salido temprano y todo pero realmente no había sido el mejor día de todos a excepción de la mañana.

Me tomé alrededor de una hora en el baño, eso era desperdiciar agua pero sinceramente después de las experiencias que había tenido hoy, eso era nada.

Sólo me vestí con ropa interior y me acosté cerrando mis ojos.

No podía dormir.

Sentí un peso sobre mí, ese aroma era inconfundible.

—¿Que haces aquí, Choi?

—¿Así recibes a tu mejor amigo, maldito idiota?

—Estoy tratando de olvidar algo y ver tus ojos no me ayuda.

—Lo tomaría como algo romántico si no te conociera.

—Sí bueno, no estoy muy de humor.

—Te llegó un paquete, lo dejé en tu sofá, nos vemos.

Choi se fué y yo me levanté después de unos minutos, tenía que ver de que se trataba.

Y ojalá no fuera otro maldito loco cuya esposa o hijos no había podido salvar, eran realmente odiosos y más comunes de los que alguien podría imaginar.

"Para: El doctor Lee Minho.

El motivo de este presente es su excelente trabajo en nuestro hospital privado.

Lo invitamos a asistir a nuestra fiesta de ejecutivos ya que usted sigue siendo parte importante de nuestro comité"

Ni siquiera seguí leyendo, sólo dejé todo a un lado y volví a mi habitación, donde me quedé viendo fijamente al cuadro de mi familia.

Si me culpara por los pacientes a los que no había podido salvar, quizá ya me hubiera retirado.

En más de cinco años había tenido muchos pacientes, era imposible salvarlos a todos, más cuando mis casos eran cada vez más difícil, tenía que pensar más allá de lo que normalmente lo hubiera hecho,ya estaba acostumbrado pero eso no quita a él que fuera agotador.

—¿Minho?—Habló alguien desde el marco de la puerta de mi habitación.

—¿Sí?

—¿Estás bien?

—Estar vivo es lo que cuenta ahora, supongo.

Me abrazó por la espalda, permitiéndome sentír su calor, estar con Jisung es lo único que ocupaba...

Y ahora estaba conmigo.

—¿Algo grave en el hospital?

—Un chico llegó...era joven. Pensamos que sólo era su lengua, estaba demasiado...horrible. Pensé que sería algún tipo de alergia pero no estaba convencido.

—¿Le hiciste estudios?

—Sí. Uno de sus ojos se salió de su lugar, reventó. Había pasado antes, pero la diferencia es que pudimos salvar a esa persona, y este chico simplemente murió. Ni siquiera yo supe cómo.

—Estas cosas pasan todo tiempo, Minho, no puedes pasar toda tu vida pensando en algo así.

—Tenía familia. Una niña de dos años que no podía entender porqué le reventó el ojo a su padre. Su esposa tapó sus ojos y se puso a llorar mientras nosotros tratábamos de salvarlo. Pero de un momento a otro sh corazón dejó de latir.

Jisung se puso enfrente de mí y nuestras miradas se conectaron.

—Nosotros no controlamos las vidas de los demás, hiciste lo que pudiste y eso es lo que importa.

—Gracias...

Ninguna palabra fué pronunciada ya.

En cambio sus labios y los míos se juntaron como tanto lo ansié todo el día.

Sleep Sex  [MINSUNG] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora