Capítulo 25

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Hermione dedicó media hora a tranquilizarse, a asumir que era una homicida (fue importante para su serenidad determinar que fue homicidio y no asesinato) y a replantearse todas las decisiones que había tomado desde que dejó de usar pañal. Concluido el proceso y habiendo decidido que de momento no se lo iba a contar a Harry, decidió proseguir la búsqueda de su amigo. Lo encontró centrado en las reparaciones del puente de salida del castillo. En cuanto el chico la vio, corrió hacia ella.

-¡Hermione! -la llamó exaltado.

La chica, en su hipersensible estado de nervios, temió que el mundo mágico ya supiera del asesinato de la profesora sapo. La tranquilizó un poco que su amigo parecía realmente feliz, pero aquello podía ser perfectamente una confirmación de lo anterior...

-¡Tengo buenas noticias! -exclamó Harry

"¡Ay, Dios, lo sabe y voy a tener que decirle que fui yo! Acabará en Azkaban por cómplice..." pensó la chica intentando neutralizar la expresión de su rostro.

-¡Me han ofrecido trabajo!

"Vale, eres una idiota paranoica, querida" se recriminó internamente. Sacudió la cabeza para silenciar a su voz interior y se centró en lo que le estaba contando su amigo.

-¡Han elegido a Shacklebolt como nuevo Ministro de Magia y ha venido a primera hora a comunicarme personalmente que...!

"Vaya, Bellatrix no falla una... ¡Mierda, Hermione, que te centres te he dicho!". Ya se había perdido media conversación cuando se reenganchó al discurso.

-Así que nos han ofrecido a los tres empezar a trabajar como aurores de inmediato por nuestra enorme contribución a la derrota de Voldemort y sus horrocruxes. No tenemos ni que esperar a hacer los exámenes finales -siguió el moreno incapaz de moderar su entusiasmo-. Necesitan nuevas incorporaciones por las bajas en la guerra y están a tope buscando a los mortífagos fugados. ¿Quién mejor que nosotros para ayudarlos?

La chica se tomó unos segundos para procesarlo y deducir las partes que se había perdido del discurso de su amigo. Intentó emular su entusiasmo con poco éxito.

-¡Qué bien Harry! ¿A los tres? ¿A Ron y a mí también?

-¡Claro! He hablado con Ron esta mañana con polvos flu y él y yo vamos a empezar esta misma semana. Él está incluso más emocionado que yo por salvarse de los exámenes -rió el moreno-, pero no sé que te parecerá a ti... Sé que no tienes nada claro qué hacer y que igual no te emociona ser auror... ¡Pero sería genial que el trío dorado siguiese junto! No sé que haríamos sin ti, Hermione...

La joven sonrió apabullada por la nueva información. Tenía clara la respuesta, por una vez todas las voces de su cerebro gritaban lo mismo. "¡No!" exclamó la Hermione estudiante que desconfiaba de aquellos que pretendían obviar los exámenes para los que tanto había estudiado. "¡No!" secundó la Hermione que adoraba a sus amigos pero que necesitaba llevar una vida alejada de sus líos y del irascible carácter de Ron. "¡No!" chilló la Hermione que quería trabajar por la igualdad de las criaturas mágicas. "¡No!" suplicó la Hermione que había sobrevivido a una guerra, acababa de cometer su primer asesinato y no quería más de eso. "¡No!" sentenció finalmente la Hermione que amaba a una mortífaga y que había sido testigo de cómo los aurores le habían destrozado la vida.

-Harry, me encantaría trabajar con vosotros, pero yo... -empezó la chica con suavidad.

-Lo sé, todo en ti grita que no lo aceptes -sonrió su amigo-. Sé que no es el trabajo que quieres y desde luego te has ganado elegir lo que más te guste, todo el mundo mágico matará por tenerte. ¡No me culpes por intentarlo yo también!

Alguien que cuide de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora