Capítulo 34

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Abrió un ojo y miró el reloj. Las tres de la mañana. No podía dormir. Buscó en el otro lado de la cama. Bellatrix no estaba ahí. Creyó que acudiría a acostarse con ella como la noche anterior, pero no había sucedido. No había manera de conciliar el sueño, así que optó ir a la cama de la bruja para dormir junto a ella. Salió al pasillo con su varita, por si acaso. Sabía que la mansión era muy segura, pero aquellos pasillos tan largos y silenciosos en la oscuridad de la noche le producían bastante respeto. No llamó a la puerta para no despertarla. Se acercó con cuidado a la cama. Estaba perfectamente hecha, Bellatrix no estaba dentro. Pensó en mandarle un patronus, pero le daba miedo despertarla si se había dormido en alguna otra habitación. No era posible que siguiese en su despacho tantas horas después, ¿no? "Igual ha seguido bebiendo y se ha quedado dormida" pensó. Bajó y entró a la habitación. También estaba vacía. Para que el viaje no resultase infructuoso, se acercó al escritorio y se llevó la foto de la ex mortífaga con Nagini. Salió al recibidor.

-Homenum revelio -pronunció.

Nada. Bellatrix no estaba en la mansión. "¿Dónde se ha metido a las tres de la mañana?" se preguntó asustada. La bruja no salía de casa desde que se escapó del hospital, solo dos veces: una para acompañar a Narcissa a pedir el divorcio y otra al Ministerio para liberar a Lucius. Le daba reparo despertar a los elfos en medio de la noche, pero al rato se decidió y los llamó. Aparecieron los tres al instante. No tenían ni idea de dónde estaba su ama, ni de si solía hacer excursiones a esas horas. La bruja apenas les daba trabajo, lo único que les pedía era que respetaran su privacidad y ellos se lo tomaban muy en serio. No se le ocurrió nada más, supuso que habría salido a desfogarse por los alrededores y que ya la vería por la mañana. Volvió a la cama.

A las siete decidió levantarse. Bellatrix no había vuelto. Desayunó y decidió escribirle una nota para que la avisara de que estaba bien cuando regresara. Como sabía que la bruja no podía producir un patronus y no estaba segura de si llevaba encima el colgante con el que lo invocaba, le pidió que mandara a uno de sus elfos al Ministerio para quedarse tranquila. Dejó el mensaje en la mesa del recibidor para que lo viese nada más entrar. A las siete y media decidió irse al trabajo a ver si así el tiempo pasaba más deprisa, "vaya diferencia con la mañana de ayer" se dijo con amargura.

Harry pasó a saludarla a primera hora para saber si las cosas iban bien con su novia. Ella asintió y le dijo que tenía mucho trabajo. Cada vez que llamaban a su puerta u oía el "pop" que solía acompañar a una aparición, levantaba la cabeza al instante para ver si era alguno de los elfos. Pero ninguno la visitó por la mañana. A la hora de comer se cruzó con Ron que le dirigió una mirada de resentimiento. Tonks también estaba y también le dedicó una mirada rara. La chica cogió la comida y se la llevó a su despacho. Por la tarde tampoco supo nada de Bellatrix. En cuanto dio la hora, volvió a casa lo más rápido posible. Seguía sin haber nadie.

No tenía ni idea de dónde buscarla. Solo se le ocurrió que pudiera estar con su hermana en la Mansión Malfoy, pero aquello suponía varios problemas: a) la relación con Narcissa podría ir incluso a peor b) a pesar de haber estado una vez con Andrómeda, no estaba segura de tener recuerdos claros para poder aparecerse ahí c) Bellatrix le había comentado que Draco estaba de viaje, igual su madre se había ido con él d) era probable incluso que no quisiera quedarse ella sola en una mansión con el nombre de su ex marido y se hubiera ido. Por otro lado, con Andrómeda hacía meses que no hablaba y sabía que su hermana mayor tampoco habría recurrido a ella. ¿Y si se encontraba mal y había vuelto al hospital? "No, lo odia... Y me habría avisado". Pasó el resto de la tarde esperando a saber algo de ella.

Cuando fue de noche, decidió que no podía esperar más. Escribió una carta explicando lo que había pasado y subió a la lechucería de la última planta. Uno de los animales se acercó hacia ella y extendió la pata para que le diera la nota. Se la ató y le pidió que se la entregara a Narcissa Malfoy o Narcissa Black, como se llamase ahora. La lechuza partió de inmediato. Confiaba en que a la bruja rubia le preocupase la salud de su hermana lo suficiente como para posponer su enfado y su ira hasta que encontraran a Bella.

Alguien que cuide de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora