Cap. 8 Las tormentas del corazon

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Christian (POV)

Son las 4 de la mañana, estoy sentado frente a mi piano, ya he tocado varias melodías y todavía no logro calmarme, el sueño casi se ha esfumado, lo único que me queda es la sensación cuando ella estuvo en mis brazos, y el nombre... su nombre, estoy seguro de que se llama Ana, algo dentro mío me dice que es así.

Camino hasta el ventanal, todavía se ve la negra estela nocturna, y a lo lejos se vislumbra una tormenta, así se siente mi interior en conflicto.

Todas estas sensaciones son nuevas para mí, jamás me había sentido tan desesperado, tan perdido y tan perturbado por causa de una mujer, ella...no, me corrijo, Ana me ha cautivado hasta un punto que no puedo explicar.

Camino hasta la cocina y no puedo evitar fijarme en lo grande y vacio que es mi apartamento, está lleno de obras de arte, muebles lujosos y la mejor decoración que el dinero puede pagar pero se siente vacio, así como mi alma....

Tomo un cartón de jugo y me dirijo nuevamente a la sala, y me pongo a reflexionar sobre mí mismo, no estoy acostumbrado a hacerlo pero esta tribulación en mi me tiene confundido...

Esto es una señal que debo cambiar mi vida... me giro alrededor y no siento un atisbo de apego por nada, podría tomar todo lo de esta sala y venderlo en un segundo y no sentiría que falta nada, mi vida siempre ha sido así, viviendo siempre así, sin apegarme a nadie, ni a mis padres adoptivos, ni mis hermanos, ni a la mujer que me engendro....

Miro nuevamente por la ventana y los primeros rayos de sol se asoman, un nuevo amanecer, y yo sigo sin saber en donde estas Ana....

ANA (POV)

La alarma del teléfono empieza a sonar, y me levanto del sillón y la apago, olvide que la había puesto anoche, la verdad fue innecesaria, me levante hace mucho, después del sueño que tuve ya no pude dormir profundamente.

Pero agradezco ese tiempo ya que me sirvió para terminar de empacar mis ropas, todo lo demás quedara aquí y será dispuesto por la inmobiliaria.

Recorro la estancia con la mirada, cada rincón está plagado de recuerdos, la chimenea, los sillones todo me recuerda a mi familia, a la familia que perdí.

Con un último suspiro tomo mis cosas, prácticamente solo llevo mis libros y ropa, un agente de la inmobiliaria está esperando a que le entregue las llaves, no suelen trabajar en domingo, pero la propiedad les parece demasiado interesante, por lo que se tomaron la molestia de venir hoy.

Cierro la puerta y le entrego las 3 copias de llave al joven, me sonríe y me acompaña hasta afuera ayudándome con mis cosas.

Antes de subir al auto me giro y miro mi casa, siento mi corazón roto, pero la verdad ya no hay nada que me ate aquí, con mucha tristeza subo al auto y me meto en el trafico, como es domingo mi viaje será tranquilo hasta Seattle, prendo la radio en mi emisora favorita y me pierdo con el paisaje cantando.

Cuando llego al departamento de Kate me siento una intrusa, mil veces me he quedado aquí, pero es la primera vez que mi asilo es mas de dos días, el lugar se ve inmaculado, seguro que Kate tiene una persona que viene a hacerle la limpieza, me voy hasta el fondo donde estan las habitaciones, y encuentro la que será la mía.

Cuando la abro esta complemente vacía y pintada de blanco, solo hay la cama y el placard, sobre la cama hay una nota.

"Amiga, hice que la Sra. que hace la limpieza despejara la habitación para que la decores como quieras, y en el closet hay una sorpresa para ti, para cuando tengas que cubrirme no tengas problema de guardarropa. Te quiero y estoy feliz de que seas mi compañera de casa, nos vemos en unos días, con amor Kate"

Sonrío y bajo la hoja, siempre he dicho que un lienzo en blanco es una oportunidad, y bueno, creo que aplicare eso al cuarto.

Voy hasta el closet y en un rincón veo 4 trajes colgados, sonrío, y cierro la puerta, Kate siempre piensa en todo.

Me siento en la cama y saco mi celular y voy hasta la galería y me pierdo en los recuerdos, me prometí a mi misma que ya no sería la chica melancólica que extraña lo que perdió, pero es difícil, mi papa era mi pilar, y cuando mamá enfermo, él fue quien hizo todo, me siento perdida sin él, sin mamá... y me digo que es la última vez que voy a llorar, mientras me recuesto en la cama.

El ángel que cautivó a mis sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora