Cap. 3 La Vida de Ana

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Cuando llego a casa ya son 8 de la noche, abro la puerta del departamento y esta a oscuras, me siento en el sillón y cierro los ojos, estoy muy cansada, ha sido un día largo, primero mi curso, temprano en Seattle, y luego la llamada desesperada de Kate, el préstamo de ropa, que sinceramente ahora me causa gracia, y el elevador y él, el hombre más guapo que he visto en mi vida, ni siquiera se su nombre, de repente escucho el sonido de la cerradura, miro a la puerta y veo que alguien entra, enciende la luz y me mira sorprendido.

-Hola cariño, porque estás a oscuras? - me dice dulcemente, y le sonrió aunque no me gusta que me llame así.

-Hola José, puedes entrar - le digo con humor.

-Perdona Ana, pero te traía lo que me pediste y no sabía si estabas, como últimamente te la pasas en cursos y practicas, pensé que no estarías.

Me levanto ante la mención de mi pedido, estoy saltando de felicidad prácticamente.

-Quiero verlo...

Jose toma el paquete y lo abre y me quedo con la boca abierta.

- Te gusta?

Y lo sorprendo con un abrazo, él me abraza también y después de unos segundos me suelta, por suerte no se excedió.

- Es bellísimo José, hiciste un milagro, su rostro casi ya no se notaba.

José me hizo un póster de una fotografía dañada, una foto de mí y de mi padre, él murió hace algunos años en un incendio y con él perdí todo tipo de recuerdos, lo único que pude recuperar fue una foto de él y yo en la plaza, cuando me estaba enseñando a andar a en bicicleta, pero la foto también sufrió daño, pensé que sería imposible recuperarla, pero José ha hecho un milagro.

-Muchas gracias - le digo limpiando una lágrima que cayó.

José sonríe orgulloso - no hay que agradecer, quería que la tuvieras lo antes posible.

-Gracias, eres un gran amigo - y lastimosamente con esto se le descompuso el rostro pero no quiero crear falsas ilusiones en él.

-Eh... Cenamos? - me dice para cambiar el tema.

- otro día por favor, estoy muerta, tuve un día muy largo.

Me mira un poco, como estudiando mi rostro.

-No entiendo Ana, porque no te mudas a Seattle, eso de ir y venir para tus prácticas no es sano, son 4 horas de ida y 4 horas de vuelta en bus, estas perdiendo toda una vida.

Lo miro resignada porque tiene razón.

-Lo sé, pero es que tengo que concretar la venta de la casa, y aparte...

-Ana son escusas, la casa la dejas en manos de una inmobiliaria y ya, y tu madre, ya esta en un hospital, puedes visitarla eventualmente, pero ella no sabe quien eres.

Suspiro y me siento en el sofá, cuando mi padre murió mi madre estaba con él, también estuvo a punto de morir, había aspirado humo que le causó mucho daño, pero el problema de mi madre es que ella tiene esquizofrenia.

-Lo sé, pero siento que si la abandono...

-Ana - me dice José y se sienta frente a mi y me toma las manos - haz cuidado a tu madre desde que tienes uso de razón , antes estaba tu padre para ayudarte, pero desde que él no está, haz sido solo tú, casi perdiste la universidad por ella, pero por suerte te graduate, ahora estás en tus prácticas pero no puedes ir y venir todos los días, vas a enfermarte tú. Tu madre está bien, gracias a los arreglos que hizo tu padre ella esta en un buen lugar, hay dinero suficiente para cubrir su estancia allí, pero tú necesitas continuar con tu vida.

Y lo sorprendo dándole un abrazo, por que sé que tiene razon

- Te quiero tanto José, eres mi mejor amigo - y él me corresponde el abrazo y suspira.

- Lo sé, es por eso que no puedo callarme ante esta situación.

-Sé que tienes razón, pero no me hago a la idea de dejar a mamá, yo se que ella no me reconoce, que vive en un mundo distante, pero siento que le debo eso a papá.

-Ana, justamente porque tu padre te conocía hizo todos los arreglos, sabes como él era previsor, la vida de tu madre esta cubierta y la tuya también, pero necesitas empezar a vivirla.

Me quedo en silencio porque sé que tiene razón, papá hizo todos los arreglos por si a él le pasaba algo, nosotras no quedáramos desamparadas.

-Cenamos? - le digo porque quiero cambiar el tema. José me mira y no me dice, se levanta y se acerca al refrigerador.

-Que quieres comer? - abre la puerta y la cierra inmediatamente - pedimos algo?

Sonrió y afirmó, en eso suena mi celular, lo reviso y es un mensaje de Kate.

Ana, gracias por hoy, en serio, me gusto tanto verte, te extraño mucho, por favor mudarte nuevamente a Seattle pronto, saluda a tu mamá de mi parte aunque no sepa quienes somos y cuidate mucho, nos vemos en unos días. Te quiero...

Sonrió y veo que José casi se para en puntilla para ver quien me ha mensajeado

Tu también cuidate y diviértete amiga,

Mientras termino de teclear le informo - Es Kate, se va de vacaciones con sus padres - José hace un gesto y no dice nada mas

- Comida mexicana?? - me pregunta mirando en su celular y contesto que si, y nos sentamos a hablar y esperar que llegue nuestra comida.



El ángel que cautivó a mis sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora