𝗠𝗜𝗦𝗦 𝗡𝗘𝗪 𝗬𝗢𝗥𝗞, 𝗁𝖺𝗋𝗋𝗒 𝗌𝗍𝗒𝗅𝖾𝗌

11 • Fiesta en los Hamptons

Narrador Omnisciente

11 de junio de 2017, 09:54 hs.
Londres, Reino Unido.

1 mes después...

Habían pasado exactamente 3 semanas desde que Harry había regresado a Inglaterra, no sabía nada de Charlie, ni de Kendall y lo primero lo estaba agobiando. Gracias a una reunión con Modest, Niall había decidido visitar a su familia en Mullingar por lo que sólo quedaban Liam, Louis y Harry en la casa, no salían mucho, solo a hacer las compras y a visitar a sus amigos, por otro lado, desde que estuvo con Kendall en Nueva York y llamó a Charlie no había vuelto a hablar con ninguna de las dos, sólo veía publicaciones de Kendall junto a sus amigos en Dubái y de Charlie con muchísimos preparativos para la graduación. No podía negar que la echaba de menos y el pensamiento de que le había fallado le estaba carcomiendo por dentro.

—Y tú en qué piensas? —le preguntó Liam quien jugaba entretenidamente al Ludo en su móvil.

—En nada —negó Harry cambiando de canal. Louis rió.

—Hace 5 años que nos conocemos, volveré a preguntar yo —suspiró y rodó sus ojos—, ¿en qué piensas?

—Creo que la pregunta no es en qué sino en quién —rió Liam.

Louis se llevó un puñal de papas a la boca y alzó su ceja mientras le miraba fijo. Harry volvió los ojos a la pantalla de su celular y negó.

—No pienso en nadie, estoy cansado, es eso —bostezó el ruludo—. ¡Madeline! ¿Podrías hacerme un sándwich de pavo? Esto de estar sin Niall me está matando —exclamó y la empleada asintió sonriente.

Subió las escaleras y se recostó sobre la cama matrimonial de la habitación, de verdad estaba agotado y solo quería dejar de pensar en Charlotte y en que podía estar haciendo ahora mismo.
Prendió la televisión, intentó mirar sus redes, leer unas revistas pero todo era en vano, Charlie estaba en cada lugar a donde recurría, ¿por qué? ¿un simple beso podía hacerlo sentir todo esto?

Harry negó irritado y la puerta de la alcoba se abrió lentamente, Madeline traía el sándwich en una bandeja junto a una taza de café y pequeños bombones que ella solía hacerles desde los 17 años.

—Aquí tienes cariño —le sonrió y dejó la bandeja en la mesita de la habitación, se sentó a su lado y lo miró con cierta forma maternal.

Madeline los cuidaba de todo y todos, era como la mamá que les faltaba todos los días. Había ido al TMHT, al WWAT y al OTRAT, a cada premiación y por supuesto a cada una de sus presentaciones en programas de televisión, se preocupaba por cada uno de ellos como si fuera su madre, en verdad, Madeline tuvo un accidente hace 16 años atrás, donde perdió a sus dos hijos y desde allí, solo vive para Harryby los chicos, realmente eran muy afortunados de tenerla, ella ha estado ahí desde que Harry entró en One Direction y honestamente ellos no eran nada sin ella.

—¿Por qué me ves así? —preguntó con la boca llena. Mad sonrió.

—Puedes engañar a los chicos, pero sabes que conmigo no funcionará, ¿verdad? —dijo cruzándose de brazos y bufando, su mechón de pelo negro se corrió de su rostro y Harry rió.

—La echo de menos —suspiró el rizado.

—Kendall es una arpía, debe dejar de enamorarte de mujeres tan...

—¡No! No Kendall, ella no —negó interrumpiendo a Madeline—. A la chica que conocí allá en Nueva York.

—¿La hija de Connor O'Marks? Rayos Hazza, ella... es, bueno... —balbuceó—, Harry ella es de un mundo totalmente distinto al tuyo.