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-Entonces tu madre te odia por estudiar fotografía y dejó de hablarte por años. -murmuró Lauren bebiendo del jugo que era parte de la comida que Camila pidió en la cafetería de Ally.

-Exactamente. -asintió Camila con una pequeña sonrisa. Ver los ojos preocupados de Lauren cuando despertó del desmayo le hizo pensar que podía intentar hacer una buena amistad con ella. Por mucho que le doliera verla con el anillo de compromiso en su dedo. -Dinah y yo decidimos rentar un departamento para las dos después de que a su madre la internaran en el hospital. -Lauren alzó ambas cejas.

-¿Qué tiene su madre? -Camila suspiró dando un bocado a su sandwich y masticandolo lentamente.

-Aún no sabemos. -hizo una mueca. -Los doctores no saben qué es lo que tiene pero al menos tiene medicamentos para "controlar" la enfermedad. -Lauren asintió y después todo quedó en silencio.

-La quieres mucho, ¿cierto? -preguntó Lauren con suavidad viendo una pequeña lágrima deslizarse por la mejilla de la morena.

-Milika, Dinah y Sofi son mi única familia. -murmuró Camila.

-¿No tienes más amigos? -volvió a hablar Lauren con suavidad.

-Mi vida no ha sido fácil, Lauren. -la ojiverde se quedó callada al escuchar el móvil de Camila sonar. La morena lo tomó y atendió la llamada con una sonrisa. -Hola Sofi... Sí, estoy bien. No, no fue nada. Solo un desmayo. -Lauren vió a Camila fijamente mientras sonreía. -Sí, te prometo que comeré bien. Luego hablamos, te quiero. -la ojiverde se puso seria cuando Camila colgó la llamada.

-Deberías hacerte unos estudios. -opinó la mayor.

-Cuéntame de tu vida ahora. -Lauren suspiró sabiendo lo terca que era Camila.

-Está bien. Tú ganas. -Camila le sonrió. Lauren tomó aire y pensó por unos segundos viendo el sándwich en sus manos. -Cuando le dije a mi madre que estaba sintiendo algo por una chica movió cielo mar y tierra para conseguirme un buen chico. -Camila soltó una carcajada ignorando el dolor en su pecho al escuchar que Lauren mencionó que sintió algo por una chica. -Llevaba a casa todo tipo de hombres para que ayudaran a "curarme".

-No puede ser. -murmuró Camila entre risas a lo que Lauren asintió.

-Sí, mi madre está loca. -Lauren también rió. Estaba disfrutando de un momento agradable con Camila y no iba a desaprovecharlo.

-¿Y tu madre logró "curarte"? -Lauren suspiró.

-No lo creo. -hizo una mueca divertida. -La verdad no me considero del todo lesbiana. Tampoco bisexual. -Camila dejó de comer para ver a Lauren fijamente. -Me gustan las chicas y no necesito una etiqueta. Digo... ¿para qué etiquetar lo que sientes? Es una locura que debas sentir conforme a la etiqueta que tienes. -la morena alzó una ceja.

-¿Estás diciendo que los gays, las lesbianas y los y las bisexuales están mal por llamarse así? -Lauren negó dejando su sandwich en la mesa y sacudiendo sus manos.

-No pongas palabras en mi boca, Cabello. -Camila soltó una risita. -Si la gente se siente bien llamándose gay, lesbiana o bisexual está bien. Solo digo que no es necesario y que no todos tienen que etiquetarse. -suspiró. -Me gustan las chicas y no me cierro ante la posibilidad de que algún hombre llegue a gustarme. -Camila frunció el ceño confundida pero Lauren no lo notó ya que estaba viendo hacia la pared. -Aunque no me veo teniendo una familia con un hombre.

-Pero te vas a casar con un... hombre. -Lauren volvió a ver a Camila ante el tono dudoso con el que terminó la frase. La morena se quedó pensando unos segundos hasta que su rostro se llenó de sorpresa. -¿Tu prometido es transexual? -los ojos de Lauren se abrieron con sorpresa y rápidamente negó.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora