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-Te veo mañana para empezar los ensayos. -dijo Shawn.

-A las siete en mi departamento. -Camila levantó su dedo índice haciendo sonreír al chico.

-Exactamente. Adiós. -dejó un beso en la mejilla de ambas chicas y subió a su auto que estaba aparcado frente al edificio.

-Me cae bien. -dijo Dinah viendo el auto de su nuevo amigo doblar en un esquina.

-Igual a mí. -la morena alzó los hombros haciendo reír a Dinah. Ambas caminaron hacia el auto de Camila y subieron para partir hacia el hospital.

-No sabía que cantabas. -Dinah bajó del auto y esperó a que su mejor amiga estuviera a su lado.

-No lo hago. -rió Camila. Ambas empezaron a caminar por el estacionamiento del hospital. -Con Shawn cantaba algunas canciones para corregir las notas, solo eso. -sonrió con nostalgia.

Entraron al hospital e inmediatamente vieron a Lucy. La castaña les hizo una seña con su mano para que la esperan. Terminó de hablar con un doctor y se acercó a ellas con una sonrisa titubeante.

-Hola chicas. -las saludó. Camila pudo notar algo de nervios en su amiga.

-Hey Lucy, ¿Cómo está mi madre? -preguntó Dinah con una sonrisa. Sonrisa que se borró al ver la expresión de la enfermera. -¿Lucy? -la más alta empezó a preocuparse. -Mi madre está bien, ¿Cierto? -Camila tomó la mano de Dinah al escuchar que su voz empezaba a quebrarse. Lucy suspiró.

-Milika amaneció bien pero algo pareció empeorar. -empezó a explicar con cuidado.

-¿Qué pasa? -preguntó Camila dando caricias reconfortantes en el brazo de Dinah.

-Al parecer la enfermedad está avanzando. -Dinah soltó un sollozo. -Como aún no sabemos qué enfermedad sea, no podemos administrarle el medicamento que necesita. Hasta el momento han servido pero parece que tu madre ya no lo resiste. -Dinah negó siendo víctima de las lágrimas.

-¿Eso qué quiere decir? -Lucy vió con tristeza a Dinah y después volvió a ver a Camila. La morena ya tenía algunas lágrimas bajando por sus mejillas.

-Necesitamos aprobación para dormirla por unos días. -suspiró. -Estaremos en comunicación con doctores de otros países para que alguno pueda venir a hacerle estudios. Lo más conveniente sería que viajaran con ella a un mejor hospital pero sé que no están a la disposición de por el dinero. -Camila cerró los ojos con fuerza.

-¿Estará bien? -preguntó Dinah débilmente. Lucy le tomó las manos.

-No lo sabemos, Dinah. -el corazón de la rubia se detuvo. -Pero te prometo que haremos lo posible para que pueda vencer la enfermedad. -Dinah asintió, tratando de calmarse.

-¿Podemos verla? -la enfermera hizo una mueca.

-La trasladamos a una habitación donde está en constante observación. Necesito que firmes el permiso para dormirla cuanto antes. Está gastando muchas energías.

-Porfavor, necesito verla. -rogó Dinah. Lucy suspiró.

-Veré qué puedo hacer. -soltó las manos de Dinah y empezó a caminar por el pasillo. Una señora detrás de un escritorio llamó a Dinah y le entregó unos papeles. Al terminar, sintió una mano en su hombro. Rápidamente se giró para encontrarse con Lucy.

-Siganme. -dijo antes de darse la vuelta y volver a caminar por el largo pasillo. Camila y Dinah intercambiaron una mirada y siguieron a Lucy. La enfermera se dió la vuelta frente a una puerta, se asomó y después volvió a ver a Dinah y Camila. -Aquí adentro les van a dar batas, cubrebocas, guantes y gorros. Cuando se los pongan entrarán por la puerta que está dentro y al salir siguen el mismo procedimiento. -Camila asintió mientras que Dinah sólo suspiraba. -Dinah, necesito que sea lo que sea que veas no te alteres. -los ojos de Lucy veían a Dinah con cariño y seguridad. -El estado de tu madre es grave así que necesita muchos aparatos para seguir respirando. -la rubia asintió con los ojos brillosos. -Tienen diez minutos antes de que la duerman. No la hagan hablar mucho. -y se fue.

Quédate conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora