13°

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Joshua y Brian comían tranquilamente en un restaurante a mitad de carretera. Josh se había mudado lejos de la ciudad con su hijo y el único motivo para ir a tal era por las sesiones en el hospital.

- y...¿como estuvo la sesión de hoy?

Preguntó el mayor mientras comía su pasta mirando fijamente al menor.

- mm, bien... supongo.

- como que supones?

- es que, al final de la sesión ocurrió algo raro... ¿recuerdas cuando me hablaste sobre las formas de coquetear y todas esas cosas?

- si, por qué?

- lo que sucede es que entró un señor y le coqueteó al doctor Tyler, y tú siempre me dices que cualquier cosa extraña te cuente así que...

El menor se encogió de hombros y siguió comiendo. Josh apretó el servicio entre sus manos. No debía de ponerse así, Tyler ya estaba fuera de su vida y podía hacer lo que quisiera.

Oh joder, a quien engañaba, su sangre estaba hirviendo.

Y claro que no se quedarían las cosas así.

[...]

Tyler ya estaba por cumplir su última hora en el hospital, después se iría tranquilamente a su casa.

Mientras organizaba unos archivos su jefe entró otra vez. Tyler lo miró ya agotado, era la tercera vez en el día que lo iba a molestar sin ningún motivo o finalidad.

- señor Schmidt, ¿sucede algo?

- oh no Tyler, solo me preguntaba si iremos a tomarnos un café.

Tyler suspiró recordando lo que su amiga le había dicho, de todos modos solo era un café ¿que podría afectar eso?

- pues si, termino de organizar estos papeles y podemos ir señor.

El mayor le sonrió y asintió saliendo de la oficina a pasos apresurados. Tyler se mordió el labio inconscientemente, sabía que había hecho mal en aceptar esa invitación.

Otra vez fue abierta su puerta. No le tomó importancia ya que quizás era Jenna, pero no...

Era Joshua, y se veía enojado.

Atrás de él estaba Lauren, se veía roja y cansada. De seguro siguió al mayor.

- contigo quería hablar!

Le dijo fuerte Joshua al castaño.

- doctor Joseph, intente detenerlo pero comenzó a correr.

Dijo con un hilo de aliento Lauren mientras acalorada intentaba recuperar todo su aire.

- me puedes explicar qué sucede y por qué estás aquí?

- mira, doctorsito - Joshua se acercó peligrosamente al escritorio quedando cara a cara con Tyler - no quiero que sigas coqueteando en frente de mi hijo con otro hombre ¿entendido?

- pero que estupideces dices Joshua?

- no te hagas el inocente, Brian me contó todo.

- lo único que ocurrió salido de lugar y lo cual puedo asumir fue que mi jefe me invitó un café, nada más Joshua.

- pero en frente de mi hijo!

- oh por favor! ¿Ahora me vas a reclamar de lo que se puede o no hace en frente de tu hijo?! ¡Después de que el niño te vio ingerir sustancias a escondidas!

Joshua se quedó callado. Su color de piel se puso más pálido. No quería perder a su hijo.

Sus puños se cerraron. Eran ambos tan inestables si estaban juntos. Josh con fuerza empujó el escritorio y tomó de la camisa al castaño apretando ligeramente su cuello. Hace meses que no olía su perfume, y se sintió débil.

- qué me harás? ¿Me golpearas? Supongo que si - Tyler suspiro al sentir más presión en su cuello - porque es el único método que sabes utilizar, animal.

Josh lo soltó. Miró hacia la puerta en donde estaba Lauren y unos enfermeros más mirando la escena con escándalo.

Lauren tenía un teléfono a mano. Había llamado a la policía.

- lárgate - le susurró Tyler - o no volverás a ver a Brian.

Josh soltó al castaño tembloroso y arrepentido y salió empujando a todos los que estaban allí.

¿Que mierda había hecho?

Todos los que estaban presentes corrieron hacia Tyler. Este solo se tocó su cuello el cual había quedado ligeramente rojizo.

- oh doctor Joseph, ¡no pudimos detenerlo para que se lo llevara la policía!

- tranquila Lauren, ya se fue... solo estaba alterado, el no es mala persona se los aseguro.

- Tyler! - El jefe apareció entre la gente. Se agachó a la altura del castaño el cual estaba sentado en el suelo. - te lastimó?

- no señor Schmidt.

- y que es esa marca rojiza en tu cuello?, esto no se puede quedar así, hay que denunciar, buscarlo, ¡hacer algo!

- no señor, descuide... estoy bien.

El señor Schmidt luego de un rato solo asintió sin mucha conformidad y ayudó a parar al castaño. Que susto había tenido.

Love Sucks ; JoshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora