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Shownu era un hombre casado, con una vida extremadamente ocupada. Tenía que ir de un lado a otro pero sin importar que tan cansado estaba siempre le dedicaba algo de tiempo a su pareja y de vez en cuando solía comprarle obsequios; como joyas, bolsas y demás pero la mujer no siempre usaba todo eso.
Ella era una mujer que prefería algo simple. Claro que recibía con emoción y felicidad los repentinos regalos de su marido pero simplemente usaba ese tipo de cosas en eventos importantes. Últimamente la mujer hablaba mucho de flores y de los futuros proyectos que tendría el jardín trasero de la casa.
Shownu simplemente pensó que con lo ocupados que estaban los dos, tardaría mucho tiempo que aquél jardín se llenará de flores y no querían pagarle a alguien, querían hacerlo por si mismos, ensuciarse las manos y divertirse. Pero eso tardaría.
Hyunwoo iba de camino, paso por un pequeño parqué y justo debajo de un frondoso árbol se encontraba un niño morocho sentado en el pasto junto con una cubeta repleta de distintas flores. Shownu se acercó y miro al niño que tenía el rostro algo sucio al igual que sus prendas desgastadas.
-¿Cual debería de escoger?-Cuestionó el mayor mirando las bonitas flores dentro de la cubeta.
El niño lo miro por unos segundos y rápidamente se arrastró hasta aquella cubeta y tomo uno de los girasoles que tenía.
-Un girasol. Son bonitos y es mi flor favorita, porque es amarilla como el sol y es bonita. Siempre que veo los girasoles me pongo muy feliz.-Dijo mirando aún la flor que se encontraba en sus manitas.
Hyunwoo sonrió tenuemente por la respuesta del niño.
-Muy bien. Llevaré tres de ellas.-Dijo mientras sacaba su billetera.
El niño lo miro con una expresión de sorpresa. Valla que era raro que le comprarán aunque sea una de sus flores. Todos preferían ir a aquellas bonitas florerias caras a comprar. Ya hasta se había acostumbrado a llegar con ojos tristes a su pequeña casita serca del río.
Sonrió ampliamente mostrando sus dientes. Tomo otros dos girasoles y sin más se los dio al hombre que parecía un gran oso.
-¡Aqui tiene!
Hyunwoo tomo los girasoles y le pago al niño que rápidamente guardo el billete en la bolsa de su pantalón y saco unas cuantas monedas para así darle su cambio.
-Gracias.-Dijo cuando las monedas se le fueron entregadas en la mano.-¿Mañana traerás más de estas, verdad?-Pregunto señalando con la mirada los girasoles.
El niño asistió efusivamente y Hyunwoo no hizo más que sonreír y despedirse.
-Mañana vendré a la misma hora.
Sin más se fue, dejando a un niño muy sonriente y con la duda de que hora sería eso.
