𝚂𝚞𝚎ñ𝚘𝚜 𝙼𝚎𝚗𝚝𝚊 𝚢 𝙽𝚊𝚛𝚊𝚗𝚓𝚊 ~𝚈𝚘𝚘𝚗𝚖𝚒𝚗~

Capítulo 5

El ambiente era demasiado hermoso para los dos, el mayor realmente se sentía en un sueño por poder compartir tan bello momento. Él no se pudo contener, no pudo aunque lo intentó con todas sus fuerzas y lo abrazó.

Lo abrazó como si no lo volviera a ver nunca más y eso fuese lo único que hiciese que se quedara, como si de eso dependiese su vida, siendo un niño asustado en una tormenta. Lo abrazó como si supiese todo lo que sentía por dentro. Ese abrazo tenia los miedos, felicidades, errores, logros, pensamientos y sentimientos del pálido. Y sin dudas quería nunca más estar solo, simplemente él no quería que se acabe nunca.

Sentía su respiración tan serena que le causaba paz, su calor lo acogía, sus manos acariciaban su espalda y le hacían sentir que todo iba a estar bien. Sentía su corazón suplicándole que se quede ahí por siempre.

El mayor comenzaba a tener unas lágrimas recorriendo sus mejillas, que estuvieron escondidas tanto tiempo y que necesitaban salir, lo necesitaban, y ese abrazo era tan puro que no aguantaron más y salieron, se escaparon.

Por más que no quisiera, tenía que desenterrar su cara del hombro de Jimin, pensaba que no era justo para el menor que tenía que estar ahí aguantando que llore y teniendo que abrazarlo solo porque lo necesitaba.

Jimin se sentía acelerado, muchos sentimientos revolvían su estómago y no sabía porqué se sentía tan... diferente.

Ambas miradas se conectaron, y solo una palabra salió de los temblorosos labios del mayor:
- pper don- no sabía que otra cosa decirle, tenia muchas palabras en su cabeza pero ninguna podia salir de aquellos labios de porcelana.

-No me pidas perdón Yoongi- dijo Jimin con una voz muy dulce, a diferencia de la voz toda rota del pelimenta. Con el pulgar, delineó el rostro del mayor, quitando las lágrimas de su rostro 》Ya está ¿Si?- dijo acariciando su pelo, manteniendo el contacto visual.

Jimin sentía la extraña necesidad de mimarlo todo lo posible, quería darle todo el amor que se merecía y sentía que era un deber que le imponía su corazón, Yoongi merecía sentirse bien, acompañado, feliz y el hecho de verlo roto y débil hacia que su corazón se contraiga.

-gracias...- suspiró y se volvieron a abrazar, esta vez con la cara del mayor en el pecho del pelinaranja.

-No es nada Sugita, siempre voy a estar cuando me necesites ¿Está bien?- el nombrado solamente asintió con su carita aún escondida y abrazándolo más fuerte aún.

Jimin dejó un dulce beso en la suave cabellera del mayor, como si fuese algo totalmente normal. Aspiraba el aroma a menta por el shampoo del mayor, concordado con su cabello. Con algo tan sencillo él se sentía en paz, ambos sentían una agradable sensación cálida de tranquilidad, se sentía perfecto.

-No sabes cuanto me has ayudado, en serio- pronunció casi susurrando con el hilo de voz que le quedaba al pálido.

-Tu no sabes cuanto me alegra ayudarte, quiero que estés bien- dijo el menor con su voz tan calmada.

Acarició suavemente la mejilla del contrario con sus delicadas manos, haciéndole sentir un cosquilleo en todo el cuerpo. Luego le levantó suavemente su mentón hasta quedar frente a sus ojos, que trataban de conectarse y comunicarse entre ellos, quedando un tiempo así, solo viéndose.

Una tierna y perfecta sonrisa salió de los hermosos labios carnosos de Jimin mostrando su perfecta dentadura blanca, esa sonrisa se contagió tan rápido que quedaron los dos mirándose mientras sonreían, y era estúpidamente perfecto.

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