Capítulo 45

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POV. ANASTASIA

— Estabas aquí —le digo a mi niña. Ella está sentada en una de las tumbonas cerca de la piscina.

Tiene sus manitos en su carita.

—¿Por qué estás tapándote la carita?— Me acerco a su lado.

¿Pero que mierda? Mi hija está llorando.

—Hija, que te sucede ¿Por qué estás llorando?— Le pregunto preocupada mientras me siento a su lado, ella no responde y sigue llorando.

— Por Dios, Liz, dime lo que te sucede— aparto sus manitos de su carita

— Mamá, papá nos quiere ¿Es eso cierto?— me pregunta hipando y sin dejar de llorar.

¿Pero quién le ha dicho eso?

— Él nos adora corazón. Lo sabes... ¿De dónde has sacado que tú padre no te quiere?— tiro de su mano y la hago que se acerque a mi.

—Es... es que... Esa mujer me dijo que papá no nos quería y que nos dejaría por irse con ella... Que son novios...—me responde tratando de calmarse a la vez que le limpio las lágrimas.

—¿Qué? ¿Que mujer te dijo eso?— pregunto sorprendida al escuchar lo que me ha dicho mi pequeña.

—La amiga de la abuela Grace...

—¿Elena?

-¡Sí!

Maldita bruja ¿Cómo se le ocurre hacer llorar a una niña, diciéndole crueles mentiras? Pero esto no se quedará así, esa maldita imbécil me va escuchar, ella no nadie tiene el derecho de lastimar a mi hija.

—Esa mujer miente, cariño... Tú padre nos quiere mucho a las dos. Si no, no hubiera hecho lo posible por traernos con él. Tú papá nos ha ayudado a alejarnos de Carla y nos ha dado todo— le explico para que no crea en lo que dice esa mujer. — ¿Acaso él ha demostrado lo contrario? — Ella niega con la cabeza

—pero me dolió lo que dijo esa bruja.

—Lo sé, pero no le hagas caso. Vamos a casa con la abuela, ¿ok?— le propongo y le doy un beso en la frente.

Ambas nos ponemos de pie.

—¿Vas a acusar a la mujer mala?

—No sé, cariño. Pero, vamos con la abuela Grace a ver si necesita ayuda para la fiesta de tu papá.

—¡Si! ¡Y esa mujer tan mala y fea verá que papá nos quiere mucho mucho!— me responde más alegre y me toma con fuerza de la mano.

—Claro, cariño.

Volvemos a la casa y Elena nos encontramos con Elena que iba saliendo rumbo al jardín.

Maldita vieja estúpida.

Mi hija se pone detrás de mi.

—¡Aquí están las dos!—exclama Mia risueña apareciendo detrás de la perra de Elena.

— Yo iba a buscarlo— dice la imbécil.

Me quedo viendola con rabia.

Ésta mujer me inquietaba cuando Christian me habló de ella, pero después de que ha hecho llorar a mi niña puedo decir sin vergüenza alguna que la estoy odiando.

Puedo entender que cada quien plática de cómo le va en la feria, pero de eso a que porque su vida apeste y no tenga siempre lo que quiere haga sufrir o sentir mal a la gente... Eso sólo lo hace la gente que tiene basura en la cabeza y el corazón hecho mierda. Y el que haya hecho sentir menos a mí hija es un error terrible y ¡no lo voy a permitir!

LAS LUCES Y SOMBRAS DE NUESTRO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora