Segunda parte
—Bakugou —Kacchan levantó el rostro, frente a él, Kirishima aspiró triste, cansado, pero no más que Katsuki—. Tu celular ha estado sonando, puede que sea tu mamá —el celular no paró—¡oye, al menos rechaza la llamada! —tomó el celular ajeno y lo guardó en el bolsillo.
El silencio le dictó a Eijirou que no fue escuchado. Acaban de entrevistarlo, la policía fue a sus casas, Midoriya estaba desaparecido. Saberlo fue un golpe en los bajos para ambos jóvenes, luego, Eijirou recomendó que fueran a comer, salir a despejar la afligida y tormentosa cabeza, ya en la calle, Bakugou dijo que quería comer en «Plus Ultra». ¿Por qué Bakugou se tortura? De entre todos los sitios, tuvo que elegir ese.
—Deberíamos irnos —dijo ante el sepulcral silencio, Bakugou finalmente le miró, él no pudo descifrar lo que aquellos orbes le estaban suplicando.
—Kirishima, tenías razón... —Katsuki enredó sus dedos en su cabellera y cerró los ojos—. Debí haberme confesado—la comida estaba enfriándose—. Si tan sólo pudiera retroceder el tiempo...
Kirishima Eijirou tragó saliva duramente, a él le dolía saber lo acontecido por Midoriya. Sin embargo, no podía compararse con lo que está pasándole a Katsuki.
—No fue tu culpa.
—Si tan sólo yo fuese más cercano a él, pude haber estado a su lado en ese momento —Katsuki gruñó por lo bajo—. Mierda... Mierda.
—¡No te des por vencido! ¡Él volverá! —Exclamó Eijirou, rechazando la posibilidad de nunca volver a ver al pequeño boxeador de cabeza de brócoli— Bakugou tú-
—Lamento la tardanza, Bakugou, Kirishima —dijo en lamentable saludo Uraraka Ochako, dejando dos bebidas en la mesa—. ¿Desean algo más?
—N-no, gracias, Uraraka—respondió Eijirou.
—Ustedes también, ¿eh? —Kirishima escudriña a Uraraka, la joven tenía las mejillas rosadas, los párpados rojos y el pelo un poco desordenado, ella sabía. Ellos sabían que ella sabía.
—No ha sido un día agradable —confesó el pelirrojo.
—He sido una terrible amiga... Le dejé de hablar justo cuando... —Uraraka liberó un par de lágrimas y apretó los labios—. No debí huir, debí haberlo aceptado.
—No llores, Uraraka —Kirishima tomó con dulzura la mano de la chica, Katsuki bajó la mirada, no era bueno con la gente que lloraba. No era bueno con la gente para nada—. Ya verás que Midoriya volverá pronto, y cuando vuelva, iremos todos a la playa y comeremos dulces a borbotones, como en la escuela, ¿lo recuerdas Uraraka? —le sonrió.
—Sí...
—Uraraka, tú puedes llevar sándwiches como la última vez, te salieron muy buenos. ¡Todo el salón quería de tu comida! ¡Toda la preparatoria! ¿De acuerdo? —Eijirou amplió la sonrisa, recordando—. Yo traeré los refrescos, sabes que no soy bueno cocinando.
—Sería lindo salir juntos de nuevo, como en los viejos tiempos, Kirishima. ¿Qué te parece, Bakugou? —Uraraka detuvo el llanto, pensar en un futuro alegre apacigua las dudas del corazón.
—Como sea... —simplifica Katsuki.
—¡UH! Ese es un sí en lenguaje Katsuki—burló el pelirrojo.
—¡Cállate, cabello de mierda!
—¡Y ese es un "obviamente" en lenguaje Katsuki!
—¡Tú! —dijo airado Kacchan.
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El mundo a tus pies | Boku no hero academia | TodoDeku
FanfictionNo quería terminar como su padre. Sí, era rico, poderoso, agraciado, pero, ante los ojos del joven Todoroki, y no delante de la prensa; su padre es arrogante, soberbio, pedante y solitario. Es abstenido a muchas cosas, no para complacerlo, sino por...