El mundo a tus pies | Boku no hero academia | TodoDeku

14: Aliento. 🍷

—De nada —colgó. Izuku aspiró y exhaló profundo, su susto se había disipado parcialmente.

      Al observar a detalle la elegante habitación se cruzó de brazos: al cuarto le falta algo... algo que dijese: "esta es mi habitación, este es mi santuario, este es mi mundo", la chispa con la que diferencia eso de aquello. Por ejemplo, su habitación está llena de pósters de All Might, figurillas de acción y cobijas de héroes, nada comparable a la de su madre que tiene todo decorado con flores de cualquier tipo. Allí no había un sólo cuadro, florero o librero. Nada. El cuarto parecía nuevo. Sólo el perfume impregnado en la almohada hacía constar la posesión de Todoroki en la habitación.

   Midoriya se tiró sobre la cama de nuevo, escondiendo su cuerpo en las suaves sábanas y aspirando hasta donde sus pulmones llegasen el aroma de Shouto. Debía estar preocupado por muchas cosas: su madre le regañaría al llegar a casa, Nemuri Kayama exigiría motivo razonable por el cual ha faltado a trabajar, ¿por qué no lo estaba? Él no constaba con lo tranquilizante que es el olor de todo lo que le está atosigando. El olor de Todoroki es... Perfecto. Maravilloso. Imperturbable.

    Su mente viajó como lo suele hacer las nuestras; a un Todoroki despertando con pesura en la mañana, estirando sus brazos, dando suaves masajes a su nuca, se levantaría como un anciana inconsciente de sus actos.  Caminando por inercia hasta llegar a su baño, se quitaría la ropa, dejando al descubierto la espalda ancha de Shouto y brazos largos y musculosos. Izuku negó y se levantó con prisa.

    Se bañó para esfumar el poco sueño que aún portaba, tomó sus cosas y cerró la puerta de Todoroki con llave, cuando volviese se las entregaría. No debería tenerlas, quería atribuirle al menester de Todoroki por no dejar desprovista de seguridad el departamento. Al bajar del elevador, cada individuo que rozaba a su lado se le quedó viendo, azorado miró abajo, saliendo del edificio, caminó unas cuadras hasta llegar a una parada, la zona en la que está es diferente a la de él, llena de gente ocupada y con el celular en el oído. Sólo una vez estuvo ahí, cuando se graduó de la preparatoria, la escuela reservó un salón. Todavía recordaba cómo regresar a casa. El camión llegó.

    Se sentó en el primer asiento que vio libre junto a la ventana, Midoriya sentía el paladar dulce, es un borracho. ¿Cómo pudo hacer eso enfrente de Todoroki? ¿No tenía vergüenza? Qué pena... El autobús paró, mientras tanto, Izuku trató de recordar cada estupidez que dijo anoche, sin embargo todo le era borroso. La cabeza le punzaba, al menos no quería vomitar. El camión se llenó, ¿Todoroki estará bien ahora? ¿Habrá dormido un poco? El autobús pasó un tope grande y él brincó. Su mano derecha sostuvo la barandilla de enfrente y la izquierda cayó en la pierna del pasajero de a lado.

—Lo lamento... —dijo y se volteó.

—Yo lamento tu existencia, Deku —aspiró de súbito—. ¿Qué, no piensas saludar? Ni para eso eres bueno —Katsuki se cruzó de brazos mirando al frente, se veía relajado, la camisa negra le daba un toque casual y los shorts grises dejaban apreciar su bronceada piel. 

     Izuku optó por mirar sus manos, la última vez que se había visto no salió muy bien, eso fue hace unos meses. Ambos se enojaron por una estupidez, él había dicho "buenos días" cuando fue a sacar la basura del restaurante y Bakugou no le respondió, susurró una grosería cuya Katsuki sí escuchó, discutieron y Katsuki le retó a golpearlo. No pudo resistirlo, lo golpeó en la quijada, la oportunidad era única, después Bakugou le respondió el golpe y se inició una tonta pelea, lo bueno de todo ello es que conoció a Todoroki Shouto. Mas Midoriya es incapaz de estar enojado al cien por ciento con Bakugou, existía un historial que se lo impedía. Lo respeta mucho. Bakugou Katsuki jamás dio comentario agrio respecto a su trabajo o lo que debía usar para laborar. No lo trató menos hombre como lo hubiesen hecho los demás.