El mundo a tus pies | Boku no hero academia | TodoDeku

🌼30: El futuro. II

SEGUNDA PARTE

Deku. Exclamaron. Su nombre de boxeador, un seudónimo que lleva grabado en el alma incluso antes de ser oficialmente un boxeador.

     Izuku Midoriya creyó que la final sería un poco más emocionante, tal vez hasta emotiva. Pero, fue de lo más común. Eijirou, Shinsou y Tokoyami debieron pasar lo mismo que él. La misma experiencia. Se trata de un combate uno a uno, de tres rondas con tres minutos. Como la fortuna de Izuku es gloriosa, en aquellos nueve minutos en el ring las pasaría con Bakugou Katsuki. 

     Habían transcurrido dos rondas. La única que importa, la de verdadera relevancia, es esta, la última. Los tres jueces llevaban máscaras de indiferencia que le impedía a Izuku revelar lo que en sus corazones palpitaba. El bucheo, sonando cual trapisondas incesantes tras sus tímpanos, haciendo lento cada momento, cada sonido, convirtiendo eterno un suspiro ahogado en sudor.

     Estaba congelado entre un latido y el siguiente.
  
     Las luces volvían el mundo borroso. Su epidermis sudaba, sentía la piel de gallina y la emoción burbujear en su estómago, y no se debía al increíble Uppercut* que Bakugou le dio. Era una emoción que siempre ha tenido, aquella cuando alguien hace algo que le apasiona; como un pintor creando una obra, cual escritor construyendo poesía, como un músico tocando una canción bajo la luna. Se sentía vivo. Fluctuando entre la realidad y la fantasía de hacer lo que realmente le encanta hacer. El dolor físico, el cansancio, la respiración entrecortada, todo lo supo congeniar a la perfección, recibía gustoso los malestares, era una vieja amiga que casi olvida.

     Cayó por el Swing¹ de Kacchan, las luces golpearon directo a su rostro, la boca seca, los labios partidos. »Vamos, bebé... Levántate. ¡Puedes hacerlo, Midoriya!« se dijo. En el mismo instante que cayó, ya estaba de pie, la manos sudando dentro de los guantes azules. Esquivó un gancho agachando su cuerpo, realizó un Jab² y Kacchan retrocedió, permitiendo que Izuku con su otro brazo, asestara un Swing en la mandíbula del contricante.

    Él no lo notaba, era inconsciente de lo fantástico, poderoso y fabuloso que se ve, mas desde las bancas, donde todo el público está extasiado por la pelea, Shouto Todoroki se haya embelesado. En las pupilas bicolor del joven, lo que dentro hay es la viva imagen de Izuku dándolo todo. Chispeando por la fuerza ajena, emocionado de ser testigo de la grandeza, testigo de ver a un ángel pelear con uñas y dientes un sueño que parecía muy lejano. Joder... Sí. Qué bueno es estar vivo, qué felicidad es estar aquí.

    Está enamorado, completamente enamorado. Lo admite fehaciente. Shouto no sabía de las técnicas sinuosas del boxeo, no sabe nada de aquel mundo, sin embargo, podía afirmar, sin tener las pruebas necesarias, lo especializado que Izuku aparentaba ser en el cuadrilátero. La firmeza en los ojos turquesa de Midoriya ocasionan escalofríos en la anatomía de Shouto, se yace un control extraordinario en cada sutil movimiento de Izuku, un cálculo animal que Shouto ansiaba conocer a fondo.

    Se defendía y atacaba con la elegancia de una bailarina. Katsuki golpea a Izuku en el estómago, sacando el aire de sus pulmones. Shouto frunce el ceño y crispa los puños, la mamá de Izuku se tapa la boca conmocionada, Iida grita y Uraraka se sube en la espalda de Tenya acelerada, Todoroki no iba a admitir a los cuatro vientos que el idiota de Bakugou es fuerte, porque lo era, no sólo eso, era listo, daba la seriedad que el evento merecía. El respeto que, sin saberlo, Izuku había ganada por parte de Katsuki hace años, ahora está reforzado. ¿En qué momento, Shouto comenzó a sudar? ¿Era la impaciencia de la incertidumbre? ¿De los minutos que injustamente se hacían segundos? ¿O de la cena que se avecinaba? Quién sabe, todas eran importantes. Miró sus uñas, no tiene uñas, están mordidas de lado a lado, sacó un pañuelo de sus pantalones y se las limpió.