No quería terminar como su padre. Sí, era rico, poderoso, agraciado, pero, ante los ojos del joven Todoroki, y no delante de la prensa; su padre es arrogante, soberbio, pedante y solitario. Es abstenido a muchas cosas, no para complacerlo, sino por...
Lloraba porque sabía que si peleaba con él jamás volvería a verlo: a Todoroki Shouto. Aquel hombre de porte afable, de vida insípida y que hizo cambiar el mundo de su interior. No confundan a los participantes.
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La humillación torturaba su cordura, sabía que había una forma de parar su odio hacia el bellaco, pero si perdía, no contaba con el derecho de verle a la cara nuevamente ni a nadie más. Su anhelo era más fuerte, ¿qué importaba lo que dijese el mundo?
No volvería a ver su rostro de preocupación detrás del Rin. Ni oiría la campana sonar. El duelo final iba a iniciar y con ella una vida. Todoroki no llegaría, el destino así lo ha decidido. Mas no contaban con la ira que en su pecho florecía, con la que retaría al mundo.
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