El tan solo verse en el espejo con aquel vendaje que cubría sus cicatrices le causaba náuseas, no podía esperar a que llegara el día de la cirugía que le quitaría esas cosas de su rostro. Si había algo que ella odiaba, era las imperfecciones.
Tomó su teléfono cuando éste empezó a sonar y soltó un pequeño chillido al ver que era una videollamada de parte de Peter. No podía permitir que la viera de esa forma.
Mientras que el teléfono sonaba rápidamente buscó entre sus cajones algo que pudiera usar para cubrir su rostro, hasta que encontró una máscara de boca. Se la puso y contestó la llamada, sin poder evitarlo soltó un suspiro a ver la bella cara de su amado Peter. Cuando lo vio por primera vez aquel día en el que él llegó junto con la princesa Shuri no pudo reconocerlo y no tenía idea de que ese chico era su amor de la infancia, pero aún así en ese momento no pudo evitar preguntarse si ese chico había sido esculpido por los mismísimos dioses. Felicia no dudaba que él era el chico más guapo que conocería en su vida.
—Hola Petey~.—Dijo sin importarle el sonar como una adolescente enamorada, porque eso era ella.
—Hola Feli, ¿está todo bien? ¿Por qué no viniste a clases hoy?
Aguantó un chillido de emoción, ¡él estaba preocupado por ella! Cada vez estaba más convencida de que él la amaba.
—Lo siento Petey, pero es que me enfermé y mi padre insiste en que no vaya a clases hasta que me mejore.—dijo para luego toser falsamente.
—Oh, cielos, ¿qué tienes?
—No es nada serio, solo una fiebre, pero de todos modos es necesario que descanse.
—¿En serio? Pero te veías bien ayer cuando salimos.
—Estaba un poco mojada por la lluvia, y hacía frío cuando salí.—esperó que su mentira sonara convincente.
—Oh... entonces no debí dejar que te fueras sola, lo siento...
Suspiró, ese chico era tan caballeroso...
—No te preocupes, Peter. De verdad disfruté de nuestra cita, y no puedo esperar a que la repitamos...
Peter pareció titubear durante un momento, pero luego le sonrió.
—De acuerdo, Feli. Eh... fue bueno hablar contigo, pero, tengo cosas que hacer, así que, nos vemos, ¡y que te mejores!
Sonrió—a pesar de que él no podía verlo.—y asintió.
—Nos vemos Petey~.
Colgó la llamada y suspiró, le acarició la cabeza al peluche que Peter le había regalado. Se dio la vuelta y observó las vestimentas que había robado, por lo menos, una vez volviera a clases, lo haría viéndose bien. Se encargaría de que todas las miradas estuvieran en ella, especialmente la mirada de Peter Romanoff. Se vestiría con la ropa y joyas que había robado, se maquillaría y se encargaría de que al verla, Peter viera a la mujer más hermosa de todas.
«Recuerda, Felicia: Lo mejor que una mujer puede hacer, es verse bien para aquel hombre que ama.»
Suspiró al recordar las palabras que su madre le había dicho una noche que observó a la mujer maquillándose en un intento de cubrir los golpes y moretones hechos por su esposo.
Abrió un pequeño cierre que había en la espalda del peluche, de aquel pequeño bolsillo sacó una foto cuidadosamente doblada para poder caber. La desdobló revelando la imagen de una mujer vestida de lo más elegante, aunque su maquillaje no podría apreciarse correctamente ya que la foto era en blanco y negro, sentada en las piernas de una mujer había una pequeña niña utilizando un vestido y con el cabello en dos coletas, y al lado de la mujer y la niña estaba un hombre usando un traje y con una expresión de seriedad en un intento de reflejar respeto. La pequeña Felicia era la única que sonreía en aquella foto. En la parte de atrás de la foto, había escrito: «Une famille heureuse»., como si la señora Lydia Leblanc al escribir eso hubiera querido recordarse a sí misma que tenía que mostrarse como una feliz madre y ama de casa cada vez que alguien la miraba.
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Romanoff [#2]
Fanfiction[SAGA "ROMANOFF", LIBRO #2] Tierra #122503 ¿Y si... Spider-Man fuera el hijo de Black Widow? Peter Romanoff, tras ser adoptado por Natasha Romanoff, creció rodeado de superhéroes, y ve a Natasha como su madre, y a los Avengers como sus tíos. A la e...