Romanoff [#2]

Madre e Hijo

A MJ le rompía el corazón ver a Peter así, llorando inconsolablemente, ambos esperando en un salón del castillo de Wakanda mientras que Shuri, en su laboratorio, intentaba encontrar la forma de curar a Natasha. Él lloraba, temblaba temiendo por la vida de su madre y MJ lo único que podía hacer era estar ahí para él, consolarlo lo mejor que podía y abrazarlo fuertemente sin intención de soltarlo mientras que Peter murmuraba para sí mismo.

—Nat... no... por favor, ella no... no puedo... no otra vez...

MJ solo dejó el lado de Peter para poder hablar con los Avengers una vez ellos llegaron y les explicó todo lo que pasó mientras que intentaban escapar de la mansión Fisk, los tíos de Peter se mostraron devastados al escuchar que Nat había sido torturada y que le habían disparado, y después de unas dolorosas horas Shuri les dijo que Nat iba a estar bien, y que solo necesitaría reposar.

Peter suspiró al escuchar aquellas noticias, sintió que podía respirar otra vez y que por lo menos tenía una cosa menos de qué preocuparse, pero eso no hizo que se sintiera mejor sobre el asunto. Su madre pudo haber muerto y él sentía que era su culpa, que de haber sido más rápido en escapar no le hubieran disparado a Natasha.

Shuri dijo que solo alguien podría ir a visitar a Nat y todos estuvieron de acuerdo con que debería ser Peter, acompañó a la princesa a una habitación del castillo y Shuri abrió la puerta y se fue por el pasillo para darles privacidad, Peter tomó aire mientras que entraba a la habitación, Natasha estaba acostada en la cama y miraba por la ventana, solo llevaba puesto un sostén y su vientre estaba cubierto por unas vendas. La mujer volteó a ver en dirección a la puerta y sus ojos se llenaron de lágrimas la igual que los de Peter.

—Mamá...

—Hola, mi pequeña arañita.

Peter sollozó mientras que iba y se sentaba en el borde de la cama, Natasha se levantó un poco para abrazar a su hijo, y ambos sollozaron, Peter se acostó en la cama para evitar que su madre se esforzara demasiado, permanecieron unos segundos callados, Peter con la cabeza apoyada en el regazo de Natasha y ella acariciándole el cabello, como hacían cuando él se despertaba llorando en medio de la noche por una pesadilla. Sin darse cuenta, Natasha empezó a tararear la melodía de una canción y luego a cantar en voz baja la letra: una versión rusa de Itsy Bitsy araña, cantaba de forma tan suave y tranquilizante que durante unos cortos minutos madre e hijo sintieron que todos sus problemas desaparecían.

—¿Sabes?—Habló ella suspirando, sin dejar de acariciar el cabello de su hijo.—hay veces en las que me pongo a imaginarme cómo serían las cosas si en lugar de adoptarte fuera tu madre biológica, si hubiera quedado embarazada y dado a luz a ti, tenerte en mis brazos como bebé y verte en tu niñez, y me doy cuenta de que aún así las cosas no serían diferentes, porque nada cambia el hecho de que eres mi hijo.

Peter sintió un apretón en el pecho al mismo tiempo que las lágrimas volvían a llegar para los dos.

—¿Por qué lo hiciste?—Preguntó mientras que se levantaba un poco para ver a Natasha.—tú ya estabas muy débil, debiste dejar que me disparara a mí.

—¿Cómo te atreves a pensar que sería capaz de hacer tal cosa?—preguntó la mujer, viéndolo adolorida.—soy tu madre, y después de todos estos años estoy más que segura de que sin duda alguna tomaría una bala por ti cada día si fuera necesario, dejaría que me torturaran y que me mataran una y otra vez para que tú puedas estar sano y salvo. Estoy dispuesta a poner tu vida y tu felicidad por encima de la mía en cualquier momento. Eres lo mejor que tengo en mi vida, Peter.—se inclinó, puso una mano detrás del cuello de Peter y le besó la frente.—el haberte adoptado fue la mejor decisión que he tomado en mi vida, y si algo te llegara a pasar por mi culpa... jamás me lo perdonaría, jamás, prefiero sacrificarme por ti a que tú te sacrifiques por mí, cuando una mujer pierde a su hijo... ya no tiene nada más que perder después de eso.