ZEON: Reencarné en la espada de una chica convertida en el héroe más débil.

Prólogo

Mi vida dio un giro inesperado....

Vivir para morir y morir para vivir, nunca imaginé que cambiaría tanto desde aquel día...

Me llamo Marcus Johnson, tengo 20 años y vivo solo, caí en la delincuencia desde los 15 y solo me dedicaba a robar y estar en mi pandilla hasta que mataron al hermano de uno de nuestros líderes por ello yo sería quien me encargue del ajuste de cuenta, no olvidaré esa sensación al tener el arma en mis manos y a pesar de que la hermana del líder enemigo me suplicaba con dolor y lágrimas disparé sin pena alguna...

Que sensación...

Era una tarde nublada y lluviosa, estábamos terminando en enterrar el cuerpo hasta que el sonido de la sirena comenzó a sonar.

-Alto allí- aparecieron los policías rodeándonos en seguida.

Mis compañeros tiraron el arma excepto yo que con un reflejo muy veloz disparé a uno de los policías y agarré a unos de mis compañeros como escudo para que me protejan de las balas que estaban lloviendo al iniciar fuego.

Felizmente pude escapar y esconderme en una casa abandonada.

-Esto es una mierda. -expresé muy agitado hasta que sentí como algo metálico rosaba mi espalda.

-Así que tú eres el maldito asesino.

Volteé rápidamente y observé que el líder de la banda enemigo me apuntaba con su arma.

Estaba muy sorprendido así que me quise levantar pero de inmediato me disparó las dos piernas.

-Duele cierto.

-Si vas a matarme hazlo.

-No así de sencillo, mataste a mi hermana, no sabes el dolor que me causaste ahora es mi turno.

Se puso un fierro en los nudillos y empezó a golpearme sin cesar, era un dolor indescriptible que dejé de sentir luego de haberme dejado la cara desfigurada.

-Di tus últimas palabras. -manifestó colocando la pistola en mi boca.

-Muérete hijo de perra. -después de mi ultima palabra la bala perforó mi cabeza desde mi boca, solo sentí un sonido que retumbó mis oídos mas no el dolor, finalmente había terminado ya mi vida, esta asquean te vida que acepté vivir y que finalmente se acabó.

-"Aún no se termina chico malo"

Volví a abrir los ojos al escuchar la voz de alguien que parecía ser un niño.

Todo estaba blanco, no sé si era el cielo o el infierno pero no podía moverme, estaba recostado en un suelo transparente sin poder mover ni hablar.

- ¿Quieres redimir tus pecados? - expresó el niño aunque no podía contestarle. -es verdad no puedes hablar, bien, de nada sirve las explicaciones por ahora tú mismo te darás cuenta al paso que vas avanzando.

No entendí a qué se refiere el mocoso pero ya no me importa, no me importa lo que haga o pueda pasarme solo quiero irme.

-Bien empecemos.

Mis ojos se agrandaron al ver una gigantesca mano la cual pertenecía a una mujer inmensamente grande que ni su rostro se podía ver por la lejanía.

Su enorme pulgar se acercaba velozmente hacia mí que sin poder mover un solo musculo de mi cuerpo, cerré mis ojos y dejé que me aplastara.

- ¿Al fin eh muerto?