Marcus Johnson, un muchacho de 20 años que vive en la delincuencia desde muy joven, pierde la vida en un ajuste de cuenta y reencarna nada más y nada menos que en una espada.
Preso de las dudas inesperadamente se encuentra con un joven guerrero qui...
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Hola a todos, soy Yumina Hayashi, tengo 15 años, después de vivir una vida obscura morí atropellada y reencarné en el cuerpo de un chico en ese nuevo mundo de fantasía, al comienzo me sentí perturbada y asustada pero al pasar de los días fui acostumbrándome a este nuevo cuerpo, hice nuevos amigos, Elisa la maga pervertida y mi gran amigo Zeon, aunque es un gruñón y siempre me reclama por todo, lo quiero mucho.
Derrotamos a un miembro de la legión de espectros y ahora me encuentro en una pequeña aventura a punto de explorar unas ruinas antiguas que se dice que oculta un gran tesoro, aunque eso también me emociona no es tanto como caminar al lado de mi valiente caballero Ryan, con solo mirarlo no puedo dejar de suspirar por él...
— Mocoso límpiate la baba y deja de mirar con esos ojos a ese caballero que esto ya se está poniendo raro. – expresa Zeon despertándome de mi ilusión.
— L-Lo siento.
— Oye niño y ¿Desde cuándo empezaste a ser un aventurero? – pregunta Clayman.
— N-No hace mucho, recién soy nueva quiero decir nuevo en esto.
— Ya veo.
— Entonces debes tomar nota de lo que hacemos, puede que te resulte a futuro. –dice con una linda voz Elena.
— Si y bueno... ustedes son un grupo muy unido.
— Si. — responde Ryan. – Todos nosotros somos amigos de la infancia, comenzamos juntos desde muy niños y hasta este momento no nos hemos separado.
— Puede que Ryan suene bárbaro cuando se expresa... — dice Clayman con una pequeña risa. – pero en realidad cuando era niño fue un bebé llorón incluso lloraba por todo y siempre teníamos que protegerlo.
— O-Oye esas cosas no se dice. – manifiesta muy avergonzado Ryan ante la risa de sus compañeros.
Ver a Ryan avergonzado y con el rostro sonrojado flechó mi corazón con su ternura.
— Que lindo...
— Oye Lían. – expresa Zeon.
— P-Perdón.
— Prácticamente siempre que Ryan lloraba Clayman intentaba consolarlo. – decía Elena.
— Basta por favor. – expresa Ryan aún con la vergüenza.
— Pero solo había una forma de pararlo. – menciona Arthur. – y eran los panqueques que preparaba Elena. – incorpora Nova.
— Eso sí sus panqueques son muy buenos, deberías probar en algún momento, Lían. – dice Clayman con gran felicidad.
