Marcus Johnson, un muchacho de 20 años que vive en la delincuencia desde muy joven, pierde la vida en un ajuste de cuenta y reencarna nada más y nada menos que en una espada.
Preso de las dudas inesperadamente se encuentra con un joven guerrero qui...
¿Es en serio?, ¿Mis oídos filosos no me están engañando?, este tipo es el rey demonio, nuestro enemigo principal, el monarca de todos los males, el jefe final, ¿Es este mocoso?
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— ¡Reunión de grupo!
Nos alejamos unos minutos para conversar entre nosotros.
— Oye Lían, creo que este tipo nos está engañando.
— ¿Estás seguro?
— Pues, míralo...
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— ...es un tarado.
— Pero... ¿Por qué nos engañaría?
— Eso es obvio, es por el biyuyo.
— ¿Biyuyo?
— El dinero, tonto.
— Ya veo.
— Se está haciendo pasar por el Rey demonio para sacarle dinero a los más tontos además no tendría sentido querer suicidarse sabiendo que es un tipo de dios o algo por el estilo.
— ¿Qué haremos?, ¿Nos vamos?
— No, cuando estábamos buscando alguna misión, más al rincón del gran mural vi que había unas hojas con el rostro de algunos criminales en la cual ofrecían una gran cantidad de dinero por sus capturas, este es casi parecido al lejano oeste, lo que hace este sujeto es un delito, si lo atrapamos puede que nos ofrezcan una gran suma de dinero por su cabeza.
— C-Creo que estás imaginando mucho.
— Mira quien lo dice, la princesita de los cuentos de hadas.
— ¡No soy una princesa!, a— aunque de niña siempre quise serlo.
— Maldición contigo no se puede hablar, hay que capturarlo.
