Esto no puede ser.
— Es tarde para lamentaciones, Marcus.
Me rehúso a creer que esto haya acabado, no puedo dejar que esto termine de esta forma, simplemente no puedo.
— Oye..., a decir verdad, no pregunté antes, pero ¿Quién eres?
— Es verdad, creo que no me he presentado, soy "Dios"
— ¿Dios?, ¿En realidad existe?, pensé que todo era un mito.
— Veo que no eres tan creyente, bueno, aunque en realidad "Dios" es toda una existencia absoluta, yo soy una de sus manifestaciones.
— Interesante... ¿Puedes contarme más?
— Marcus, no intentes ganar tiempo conmigo.
Rayos y centellas, este tipo es listo, pero debo seguir con alguna conversación o algo que lo distraiga.
— Un momento, si eres "Dios", entonces, ¿Por qué no me puedes volver a reencarnar?, se supone que todo lo puedes hacer.
— Tengo estatutos, no puedo romper las reglas que yo mismo impuse, es cuestión de códigos.
Al diablo los códigos, este tipo parece que habla enserio, tengo que pensar en algo más...
— Ya se, ¿J-Jugamos ajedrez?
— Si crees que jugando un simple juego me vas a..., ¿Ajedrez?, ¿Dijiste ajedrez?
— ¿S-Sí?
— ¡Oh cielos!, ¡me encantan los juegos de mesa!, de acuerdo, tomemos un descanso y juguemos. – chasquea los dedos y un tablero de ajedrez aparece en medio de nosotros.
Al fin pude convencerlo ahora mientras jugamos debo pensar en alguna estrategia para volver a la vida.
— Bien, Marcus, ¿Empezamos?
— Un momento, ¿Qué tal si hacemos esto más interesante?
— Soy todo oídos.
— Si logro ganarte, me regresarás a la vida nuevamente.
— Mmm, aunque eso está mal, es parte de la regla de tu reto así que creo que podría funcionar.
— ¡Genial!
— ¿De cuantas partidas estamos hablando?
— 10, el que logre 10 victorias será el ganador.
— De acuerdo, pero..., si yo gano, ya no te daré tu descanso eterno, trabajaras para mí arduamente por el resto de la eternidad, ¿Aceptas?
Carajo, ya metió miedo este sujeto.
— Acepto.
Realmente no sé cómo se me ocurrió esta tontería, soy muy malo para los juegos de mesa incluso en el campeonato de ajedrez de la escuela quedé en último lugar, lo dije sin pensarlo, además que es el único juego que tengo en mente.
Bien, no es tiempo de lamentaciones, manos a la obra tengo que luchar hasta el final.
Y después de una gran batalla que duró tan solo 10 minutos, caí vencido con un insignificante score de 0-10.
— ¡No puede ser! – me agarre la cabeza con desesperación.
— Me olvidé de decirte que soy muy bueno en los juegos mesa. — decía riendo.
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ZEON: Reencarné en la espada de una chica convertida en el héroe más débil.
FantasyMarcus Johnson, un muchacho de 20 años que vive en la delincuencia desde muy joven, pierde la vida en un ajuste de cuenta y reencarna nada más y nada menos que en una espada. Preso de las dudas inesperadamente se encuentra con un joven guerrero qui...