Marcus Johnson, un muchacho de 20 años que vive en la delincuencia desde muy joven, pierde la vida en un ajuste de cuenta y reencarna nada más y nada menos que en una espada.
Preso de las dudas inesperadamente se encuentra con un joven guerrero qui...
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Eris se encontraba perpleja al ver el verdadero rostro de Elisa, el rostro de la princesa demonio.
— Ya no puedo controlar su sangre, ha cambiado, ahora es sangre de demonio, es imposible que yo lo pueda dominar.
A una velocidad impresionante, Elisa aparece en frente de la mujer demonio y con un certero golpe la manda muy lejos chocando con numerosas casas.
En tan solo un movimiento, Elisa había derrotado a Eris noqueándola de manera efectiva.
A pesar de eso, el poder de demonio cada vez más tomaba su cuerpo, Elisa se tomaba la cabeza tratando de controlarlo, pero le era muy difícil, su cabello se desteñía lentamente.
— «No, no puedo permitirlo, no debo convertirme en un demonio..., Lían».
Su sobre esfuerzo ya empezaba a dar resultados, su cuerpo volvía en si poco a poco, aunque el dolor era terrible, Elisa no se daba por vencida.
Finalmente, su gran esfuerzo pudo detener la transformación, todo volvía a la normalidad pese a que ya estaba exhausta por lo sucedido, pero no era tiempo de descansar, tomó al herrero que se encontraba con vida y volaron juntos usando su escoba hacia donde se hallaban los demás.
— Lían, resiste un poco más.
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Entre tanto, el dragón otra vez pegó un rugido al cielo y disparó su fuego a cualquier lugar de la aldea originando grandes explosiones, estaba fuera de control, su furia no podía ser detenida y se desahogaba destruyendo cualquier lugar o cosa que se le cruzara, con tantos movimientos, yo me estaba resbalando.
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— Zeon...
Quería intentar hablarle pero eso ya es imposible, no puedo con su enojo, y más aún que no puedo concentrarme al estar aferrándome a su espalda para no caer.
Mis fuerzas se estaban agotando, al final no podré salvar a Zeon, ni al pueblo...
