ZEON: Reencarné en la espada de una chica convertida en el héroe más débil.

Capítulo 5: "Lili y Simón" (2)

Lili:

Aquel incidente me había dejado marcado pero gracias a una pequeña luz, no pude caer en esa obscuridad llena de depresión, esa luz que se convirtió en mi guía.

Después de haber escapado con el niño lejos del demonio una chica nos encontró, estábamos cansados, hambrientos y asustados, pero gracias a esa persona nos pudo acobijar en su hogar, aquel que desde luego era una escuela para magos muy jóvenes.

Al haber perdido nuestras familias solo dependimos de nosotros, así que nos apoyamos mutuamente convirtiéndonos en los nuevos inquilinos de la joven escuela.

Perder a mi familia en frente de mis ojos fue un gran shock, pero gracias a un buen tratamiento psicológico de la maestra y al apoyo de mi nuevo amigo pude salir un poco de esta angustiosa situación, mi nuevo amigo... llamado Simón.

Fue unos cortos 2 meses en la que fuimos muy cercanos, pero poco a poco mi acercamiento a él era cada vez menos y eso se debe a que pudimos conocer a otros compañeros, fue lindo al principio, pero... realmente me siento mal no poder compartir más tiempo con él.

Mientras caminaba en los pasillos pensaba en una manera para poder acercarme mientras que mi mirada se perdía ante la ilusión de mis pensamientos.

— ¡Cuidado! – sin darme cuenta alguien logra estrellarse conmigo.

— D- Disculpa, ¿Estas bien? – alcé la mirada y vi que la persona con quien me choqué por andar distraída era Simón. – S-Simón... ¡Qué bueno verte! – me puse realmente muy feliz y con algo de tranquilidad al verlo nuevamente.

— Lili..., d-disculpa t-tengo prisa. – sin más ni menos agarró lo que era unas latas de sodas que estaban en el suelo y se fue corriendo

Mi maravilloso momento duró tan poco y eso es lo que me puso mucho más preocupada de lo normal preguntándome ¿Acaso él me odia? O ¿Es que ya tiene nuevos amigos y andar conmigo es aburrido?

Fue tanta mi preocupación que decidí seguirlo a escondidas.

En un rincón del patio central...

— Aquí están. – Simón les entrega varias latas de soda a unos niños que eran un poco mayor a él.

— Bien hecho creo que estamos considerándote en nuestro grupo.

— ¿D-De verdad?

— Si pero... — abre la lata de soda. – no me gusta este sabor. – le hecha a Simón encima todo el líquido dejándole completamente mojado entre mofas y burlas de los niños que se fueron con las risas.

Al ver el terrible acto no pude aguantar más la cólera y salí a enfrentarlos.

— ¡Oigan como se atreven a molestar a Simón!

— O no es la "mamita" de Simón, patético, ser defendido por una niña.

— ¿Qué dijiste? – quise abalanzarme contra ellos, pero Simón me detuvo.

— Siempre serás un mago patético. – fueron corriendo mientras reían.

— ¿Simón porque me detuviste?, ellos merecían sus pataditas.

— P-Por favor... ya deja de avergonzarme. – expresaba con una voz débil, baja y entrecortada.

— Pero Simón...

— ¡DEJA DE METERTE EN MIS ASUNTOS!

— ¿Eh?

— ¡Siempre eres así, siempre me proteges, por eso los demás me ven como un niño débil...!, quiero demostrarles que soy fuerte y uniéndome a ese grupo seré fuerte.