Capítulo 8: "El despertar del dragón furioso" (1)

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— Jaque mate, se acabó Marcus.

Espera, ¿esto es una broma?, no puede ser cierto, fui un tonto en pensar que le ganaría a un dios en un partido de ajedrez, hasta parece ridículo todo esto.

Como Marcus, morí viendo el rostro lleno de odio de mi enemigo.

Y como Zeon, morí viendo el rostro impactado y triste de mi compañero.

Ambas vidas fueron decepcionantes, nunca hice algún logro y siempre terminé aplastado por mi enemigo, esta desdicha realmente me enoja...

"Zeon, Zeon"

Escuché la voz de alguien muy familiar llamándome.

"Zeon, Zeon"

— Esa voz, es Lían...

— ¿Te refieres al muchacho que ahora está peleando por revivirte?

— ¿Qué? ¿A qué te refieres?

— Observa... — dio un chasquido con los dedos y una gran pantalla apareció en frente de nosotros mostrando imágenes de lo que estaba ocurriendo en ese mundo de fantasía.

Pude verlo.

Vi todo.

El momento en el que usaron la perla para poder reconstruirme, de cómo me transformé en un dragón y el momento en el que Lían arriesgó su vida para intentar salvarme.

Siempre lo traté tan mal, pero él siguió a mi lado a pesar de todo, nunca quiso dejarme, ahora lo comprendo...

— Ese tarado...

— Veo que estas conmovido.

— No puedo dejarme derrotar ahora.

Volví al tablero y observé por los alrededores alguna forma de escapar del jaque.

— Ya veo.

Me encontré con algo que tal vez pueda favorecerme, la única pieza que tal vez sea la solución para este problema y ese es la torre. No he tocado mi torre ni mi rey aparte de que hay dos casillas en blando a su alrededor eso me hace recordar a un movimiento especial que me enseñó mi gran amigo Mike cuando jugábamos ajedrez.

¿Cómo se llamaba?

Ya lo recuerdo...

— Esto aún no se ha terminado, hago el enroque.

Eso me ayudó a cambiar la posición de mi torre con al de mi rey.

— ¡Aja! ¿Qué te pareció eso?

— Aburrido.

— ¿Qué?

— El tiempo del receso ya se terminó y estoy aburrido de seguir jugando.

— ¿Te estas rindiendo?

— Si, si como digas.

— Entonces la victoria..., no, toda a partida es mía.

— Nunca escuché de esa regla.

— Pero cuando te rindes se supone que estas saliendo de todo el juego.

— Nunca dijiste algo así...

— P-Pero...

— Esta bien...

— ¿Eh?

— Te concederé tu deseo, pero solo por esta vez, quiero saber qué harás de aquí en adelante.

— ¿Es enserio? – no lo puedo creer, el enano usó nuevamente otro chasquido y mi cuerpo comenzó a brillar, al fin, al fin puedo sentir esta sensación.

ZEON: Reencarné en la espada de una chica convertida en el héroe más débil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora