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Viernes

Ya en casa con mi madre está en su cuarto cómoda se ve tranquila acostada en la cama a lado de la ventana que tiene vista al parque que está frente a la casa donde juegan unos niños.

Mona, ¿Que haces aquí todavía? ¿No se supone que a esta hora estés trabajando?

Mamá a esta hora se supone que esté atendiendo a Don Caramelo y sinceramente hoy no tengo paciencia para soportar su humor- le digo

Mona no seas exagerada, no busques excusa para quedarte a cuidarme, Manuela, la enfermera puede quedarse conmigo mientras atiendes a la dulzura de tu paciente- dice conteniendo la risa

Mamá no exagero, se llama Mateo, pero es tan amargado por eso le puse de apodo Don Caramelo, es un hombre bastante joven, pero hace un tiempo tuvo un accidente, no puede caminar y se la pasa amargándole la vida a todos a su alrededor, creo que Juan ha enviado a todos mis compañeros, me ha enviado a mi como última opción, ayer se comportó como un adolescente y lo traté como tal y le dije sus cuatro verdades, ya te imaginarás como fue- le digo

Ella me ve y se queda pensando un momento y de pronto estalla en carcajadas que la enfermera y yo nos sorprendimos por su reacción.

Mamá es en serio- le digo sorprendida

Mona creo que te has encontrado lo que necesitabas para acabar con tu paciencia- me dice, rio porque se distrajo y se ve bastante bien

Mamá ese hombre es desesperante, pero ya le dije que lo trataré igual de como me trate, hasta hicimos una apuesta porque dice que no llegaré a cumplir un mes trabajando con él- bufo de sólo recordarlo

Mona hace mucho no te veía así- dice y se rie

Mamá por favor no ayudas- digo y se ríe nuevamente, y seguimos así toda la tarde.

Él es MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora