Él es Mateo

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Mateo

Hoy comienzo de nuevo las terapias con Mónica, acepto que estoy algo nervioso, trato de pensar en todo el trabajo que tengo pendiente con un borrador de un nuevo escritor. Termino y me voy a dar una ducha para relajarme un poco, salgo, me visto, me pongo perfume y salgo de mi habitación, madre ya está esperando.

Vaya hijo estás muy guapo hoy ¿Tienes una cita con una chica y yo no sabía nada?- pregunta burlonamente

No madre, vamos que se nos hace tarde- le digo mientras ella intenta contener la risa- vamos, recuerda que tengo cita con mi sicólogo.

Llegamos al centro y ya Mónica está aqui preparando las cosas- Buenos días Mónica

Buenos días señor Mateo ¿Y Brunilda?

Ella venía conmigo, debe estar por llegar

Bien comencemos

Luego del calentamiento llego las barras donde debo apoyarme para poder caminar, Mónica me ayuda a levantarme. Ya de pie comienzo a dar pasos ahora sin tanto esfuerzo como al principio. Llego hasta el final y camino un total de diez pies, el doble que la primera vez que hice esto y Mónica me ve muy contenta, se ve tan feliz y hermosa- bueno ¿Que te parece la sorpresa?

Muy buena, pronto podrás dejar la silla de ruedas, pero aún vas a necesitar muletas para que puedas apoyarte, bien vamos otra vez- Así seguimos por media hora.

Bien terminamos por hoy, mañana continuamos asi mismo, hola Brunilda

Madre ¿Donde estabas?- le pregunto mientras me siento en mi silla

Nada, yo... Di una vuelta por ahi, y ¿Como te fue?

Muy bien Brunilda, la verdad su hijo me sorprendió bastante, cuando me dijo que estaba haciendo las terapias por su cuenta no creí que hablara en serio

Mateo desde hace un tiempo esta diferente, sospecho a que se debe el cambio, y me alegra mucho que haya puesto de su parte para recuperarse

Madre no se de que estas hablando- le digo y ella sólo sonrie como si escondiera un secreto

Mónica nosotros nos vamos que Mateo tiene una cita ahora, adios y salúdame a tu madre.