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Mónica

Me abre la puerta una señora muy elegante, debe ser la dueña- hola buenos días, me llamo Mónica Méndez soy la nueva terapista.

Hola Mónica mi nombre es Brunilda Ramírez de Arellano- me dice mientras estrecho su mano y me invita a pasar.

Mónica debo preguntar si tu jefe te a hablado del caso de mi hijo- pregunta algo nerviosa

Si señora estoy al tanto del caso de su hijo, se que puede llegar a ser...una experiencia diferente, por llamarlo de alguna forma.

Querida no te preocupes, puedes llamarlo por lo que es, un paciente nada fácil de tratar, bien puedes llamarme Brunilda, si voy a verte con frecuencia las formalidades están demás, debo pedirte que le tengas mucha paciencia a mi hijo, él es bueno, pero no ha tomado bien como lo ha tratado la vida.

No se preocupe Brunilda, digamos que tampoco he tenido una vida fácil, pero hay que seguir adelante, la vida es muy valiosa para desperdiciarla.

Es cierto, me gusta tu actitud, ven que te llevo con mi hijo.

Llegamos hasta un cuarto bastante amplio, esta algo oscuro por las cortinas cubren la mayor parte de las ventanas. Sigo a Brunilda hasta la ventana con vista a la entrada. Ahí esta él sentado de espaldas hacia mi.

Mateo hijo mira ella es Mónica, tu nueva terapista- dice Brunilda y el se voltea, me ve de arriba a bajo y entrecierra los ojos.

Así que usted es la que se supone que tiene que ayudarme, ¿Que edad tiene? ¿Tiene título? ¿Recomendación?

Mateo por favor ya no em...- comienza a decir Brunilda

No se preocupe Brunilda, es normal que dude al ver a alguien tan joven y hermosa en este tipo de trabajo- digo y él bufa

Señor le informo que tengo 25 años, llevo en este trabajo desde que me gradué hace cuatro años, porque si tengo título y en cuanto a las referencias podemos llamar a mi jefe ahora mismo para que hable con él personalmente- le digo desafiante.

Ya me ocuparé luego de eso- dice Don Caramelo, si así lo llamaré, por que es tan dulce (nótese el sarcasmo)

Bien... Yo los dejo que tengo cosas que hacer, cualquier cosa me avisan- dice Brunilda haciendo un esfuerzo por contener la risa.

Bien señor, hoy sólo debo hacerle algunas preguntas porque no he hablado con sus terapistas anteriores, sólo revisé su expediente médico- le digo mientras busco en mi mochila de trabajo libreta y lápiz, me siento en una silla y comienzo.

¿Como desea que lo llame?- pregunto
Entrecierra los ojos, pero no responde

Bien, prefiere que le ponga apodo- digo mientras escribo en mi libreta

¿Que? Yo no he dicho nada ¿como se atreve?- dice molesto

Señor, si usted no responde yo interpreto su silencio con mi imaginación, y le advierto que es bastante amplia, ¿Va a responder?

Usted me debe llamar señor Ramírez de Arellano- responde el muy tarado

Lo siento mucho, pero es muy largo, mmm... Lo llamaré señor Mateo- le digo de forma pensativa rozando mi mandíbula con el lápiz.

Pero que falta de respeto, como se atreve a llamarme por mi nombre- comienza a decir pero lo interrumpo

Lo siento mucho señor Mateo, pero llamarlo señor Ramírez de Arellano cada cinco minutos es muy complicado o si prefiere que le ponga un apodo...- por dentro estoy muriéndome de la risa.

Es una falta de respeto que me ponga apodos o me llame por mi nombre, pero sólo llámeme señor- dice entre dientes

De acuerdo señor, si propongo hacer una sesión en una piscina ¿Tiene algún problema?- le digo

No- dice y frunce el ceño

Y así seguimos por media hora con algunas preguntas tontas que me hacían reír por la cara que Don Caramelo ponía pero algunas tambien necesarias- Bien, vendré de lunes a viernes por dos horas, si tengo una emergencia y no puedo venir avisaré y de igual forma si no puede tener la sesión debe llamarme- le digo mientras le paso mi número de teléfono.

Ah otra cosa, señor, me imagino que hay una razón por la cual ninguno de mis compañeros ha durado mucho aquí, no quise saberla para no prejuzgar, pero le digo una cosa, si quiere respeto debe darlo, yo lo trataré de igual forma cómo usted me trate a mi- le digo como si leyera su mente él sólo me ve y entrecierra los ojos.

Lo veré mañana señor, a las diez de la mañana- le digo y me voy.

Cuando salgo de la habitación me encuentro con la señora Brunilda que me ve con una sonrisa divertida.

Discúlpame, pero este no es tu primer caso difícil ¿Cierto?

No Brunilda, mi jefe me conoce y me deja cierto tipo de casos que representan retos para mi, mis métodos no los practican mis compañeros, digamos que yo trato a mis pacientes de la misma forma que me tratan a mi. Le pongo humor a la situación, a mi me sirvió y lo aplico en mi trabajo, cuando le pida algo le explicaré el porqué para que me ayude.

Gracias querida, veo que tu eres diferente y eso puede ayudar.

Bien, Brunilda vendré mañana a las diez- le digo y me voy.

Llamo a Juan

Hola

Hola Juan soy Mónica y acabo de salir de la casa

Bien ¿Como te fue?

Tomaré el caso, creo que me fue bien, pero cree que no soy capaz de hacer mi trabajo y le pedí que te llamara para pedir referencias mías, prefiero que lo llames y le digas

Bien lo llamaré para informarle

De acuerdo te dejo que tengo que hacer unas compras, hasta luego

Hasta luego y mucha suerte

Él es MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora