Capítulo 38: Viaje de entrenamiento

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Minato y Kushina llamaron a Mito a la cocina. La chica, contenta por su reciente promoción, los recibió con una sonrisa y un saludo alegre.

-¿Mamá, qué pasa?- preguntó la rubia, viendo como su madre lloraba de la angustia y que su padre estaba triste.

-Tu hermano ha desertado de la Aldea con Sasuke y Sakura.- dijo sin complicaciones Minato, viendo como su hija caía al suelo de rodillas y se largaba a llorar.

Mientras tanto, Naruto dejó una carta y un kunai de tres puntas en el escritorio del Hokage y se fue en un torbellino de fuego a su casa. Allí preparó sus cosas para entrenar y las selló en un pergamino algo grande, el cual guardó en su espalda. Volvió a desaparecer en un torbellino de fuego y reapareció en el terreno de los dragones. El Templo de Ryujin era el lugar específico donde había aparecido, y estaba de frente al Rey de los dragones.

-Te dije que vengas cuando obtengas el poder que te dije. Lo desbloqueaste hace tiempo y nunca viniste...- dijo Ryujin.

-Lamento eso, pero tenía algo importante en el mundo humano.- dijo el rubio.

-Eso no importa ahora, ¿Trajiste cosas para entrenar?- preguntó el dragón.

-Sellos de gravedad y de restricción de chakra. Además conseguí un jutsu bastante interesante...- dijo el rubio.

-Estarás entrenando aquí por un año, si quieres puedes quedarte un rato más para trabajar ese jutsu del que me hablas. Pero primero, debo explicarte la transformación...- dijo Ryujin, el cual comenzó a brillar y se encogió en tamaño.

-¿Qué...- dijo Naruto, viendo como Ryujin ahora era un hombre bastante alto, de pelo corto en puntas y ojos plateados. Vestía un kimono blanco, con detalles verdes.

-Vamos.- dijo el Rey dragón, comenzando a volar.

Naruto usó su jutsu Fuuton y le siguió el ritmo a su Sensei, hasta que llegaron a una montaña deshabitada. Ryujin le dijo que esa sería su casa, y el rubio amuebló su nuevo hogar con lo que había traído del continente elemental.

Los dos volvieron a volar, pero esta vez descendieron a lo más bajo del lugar sagrado de los dragones. Era una llanura llena de flores, perfecta como para entrenar sin limitaciones.

-Procederé a explicarte lo que has descubierto. La primera vez que lo usaste, durante el mes antes del torneo que me contaste, fueron los indicios. Podías controlar mejor el Katon, y te sentías más ágil.- dijo Ryujin.

-Ahora que lo dices, ni siquiera me di cuenta...- dijo el ojiazul pensativo.

-Luego, pude sentir mediante la marca de tu hombro que desbloqueaste la primera fase. Comienzas a emanar mucho calor y puedes usar el fuego a voluntad, además de que eres 50 veces más fuerte físicamente que en tu estado base.- dijo Ryujin.

-¿En serio?- preguntó asombrado el Uzumaki.

-Sí, y eso no es todo. Cuando desbloquees la segunda fase, te rodea un aura de un cierto color y multiplicas tu fuerza de estado base por 100, además de que la marca se expandirá hasta los pectorales.- dijo el Rey dragón.

-¿De qué color será mi aura?- preguntó el rubio.

-Depende de tu fuerza y maestría sobre el Katon. Mientras más lo domines, más blanca será. Calculo que iniciarás en un naranja claro...- dijo Ryujin.

-Genial, ¿Cuándo comenzamos?- preguntó el rubio.

-Ahora.- dijo Ryujin, para que Naruto luego salga volando por el puñetazo que le dio un hombre de pelo corto y de color rojo oscuro, al igual que sus ojos. Vestía un kimono blanco con llamas rojas de diseño.

-¡Homerun!- gritó el hombre, el cual recibió un castañazo en la cabeza por parte de Ryujin.

-¿Eres tonto, Igneel?- preguntó Ryujin.

Naruto regresó en un vórtice con forma de remolino, y automáticamente se puso en pose de combate.

-El primer paso para poder perfeccionar la transformación es ser capaz de resistir su primera fase por un día entero. Así que procede a transformarte y prepararte para luchar contra Igneel.- dijo Ryujin, el cual hizo elevar una columna de tierra debajo de él para poder sentarse cómodamente.

-Bien.- dijo Naruto, el cual comenzó a ser rodeado por fuego.

Al cabo de unos segundos, el fuego se adentró en su cuerpo y el rubio comenzó a emanar ese aura naranja claro de antes. Se puso en pose de combate, y comenzó un arduo duelo con el hijo de Ryujin.

Minato había leído la carta que le dejó Naruto, en la cual su hijo le informaba de su ausencia por un tiempo indeterminado. Como posdata, el Uzumaki le dijo al Hokage que lo llame para cuando se forme el equipo Genin del cual tiene que ser Sensei. Vio el kunai y lo guardó en un cajón debajo de su escritorio, era por si había una urgencia.

Minato recordó al niño Senju y a la niña Uchiha llegando a Konoha con sus padres, los cuales estaban padeciendo una enfermedad terminal. Los dos niños fueron dados como huérfanos, pero Hiruzen rápidamente los escondió en la residencia Sarutobi. Ningún papel sobre la existencia de dichos niños fue hallado, ni siquiera Danzo sabía de esto. Los dos niños ingresaron a la academia con Konohamaru, pero usaban el apellido Sarutobi.

Minato dejó sus pensamientos y se centró en la búsqueda de Menma y los demás desertores. Había enviado a un escuadrón de Genin a buscarlos, conformado por Shikamaru, Mito, Neji, Chouji y Kiba. Ya eran las 8 a.m. y seguía sin respuesta por parte de Nara, el cual era el líder del grupo.

Mientras tanto, en el bosque de Konoha, se podía ver como Menma y Sasuke estaban de pie frente a varios cuerpos en el suelo. El pelirrojo pisó la espalda del muy lastimado Kiba, el cual largó un quejido agónico.

-¡JAJAJAJAJAJAJA! ¡Son patéticos!- gritó Menma con su sonrisa malévola.

-Tienes razón, son solo unas sabandijas...- dijo Sasuke, el cual pateó las costillas de Neji.

Menma localizó a Shikamaru, y lo tomó de la cabeza. Lo alzó hasta su estatura, y le dio un puñetazo en el estómago.

-Dile a tu Hokage que no me espere en casa. Y si encuentras a Naruto, dile que le espera un infierno por delante.- dijo con una sonrisa desquiciada Menma, el cual lanzó a Shikamaru como un trapo viejo.

-Tú no eres así...- dijo Mito, la cual apenas se podía mantener de pie.

-Era de esperarse que sigas de pie. Te voy a recomendar que ayudes a tus amigos a escapar, y que me agradezcas por dejarlos vivos a todos.- dijo serio Menma.

-No me pienso rendir...- dijo Mito, la cual sacó un kunai de tres puntas y se lo lanzó a Menma.

El pelirrojo intentó atraparlo, pero no se podía mover. El kunai se le clavó en el ojo, destrozándoselo, para luego comenzar a gritar por el dolor.

-Jutsu de posesión de sombras: completado...- dijo Shikamaru, el cual fue ayudado por Mito.

Sasuke sacó un kunai y se dispuso a matarlos a todos, pero Mito usó su Hiraishin para hacer desaparecer a todos, incluida ella.
Menma se sacó el kunai, y vio su mano toda ensangrentada. Los de Oto usaron un jutsu médico para asistirlo todo lo posible, más que nada para detener el sangrado. Menma maldijo primero a su hermana por hacerle eso, y luego a Naruto por haberle quitado el chakra del Kyubi cuando más lo necesitaba.

El Poder de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora