El Poder de los Dioses

Capítulo 7: Regreso

La puerta del bar principal se abrió de una patada, y Naruto entró con la cabeza de Raiga en la mano.

-Toma. Me voy por un buen rato, Chad.- dijo el rubio, lanzándole la cabeza del espadachín a Sado.

-Suerte.- dijo el barbudo, lanzándole una bolsa con mucho dinero al ojiazul, que se fue de la aldea.

-¡Es sólo un niño!- murmuraban sorprendidos algunos, que vieron la cara del chico a través de la mitad de su máscara rota.

Naruto estaba caminando hacia Konoha, hasta que es interrumpido por su inquilino.

-¿Piensas sacarte esa máscara?- preguntó Kurama.

-Debo arreglarla, no pensé que Raiga la rompería...- murmuró el ojiazul, quitándose la media máscara y sellándola en su antebrazo izquierdo.

Caminó por un buen rato más, hasta que reconoció las enormes puertas de la aldea oculta entre las hojas abiertas de par en par. Cuando las atravesó, miró a su izquierda y vio a los dos Chunin centinelas durmiendo como unos bebés. Recordaba en el pasado como esos dos lo miraban de mala manera, así que se le ocurrió una mini venganza. Infundió sus manos en chakra Raiton y los electrificó hasta que ambos despertaron de manera exaltada.

-¡No me mates a mí, tengo familia! ¡Mata a mi compañero!- pidió uno de los Chunin.

-¿Pero qué dices? Ni siquiera tienes esposa.- respondió el otro asustado.

-Disculpen, quiero ver al Hokage.- pidió el rubio, mientras una gota de sudor le caía por la nuca.

-¿Asunto?- preguntó uno de los centinelas metiéndose en el papel de guardia.

-Quiero ingresar a la academia.- dijo el rubio.

-Suerte con eso. ¿Quiéres que te acompañen?- preguntó el otro Chunin.

-No gracias, conozco la aldea.- dijo el ojiazul, caminando hacia la torre Hokage.

Mientras tanto, Minato estaba sumergido en una pila de papeles enorme, y maldecía su suerte.
A su lado, Hiruzen reía por lo ridículo que se veía el Yondaime intentando acabar rápido con los papeles. La puerta sonó, y el Hokage dio el pase.

-Buenos días, Hokage-sama. Quisiera entrar a la academia en este momento.- dijo Naruto.

-Bien, debes ayudarme a completar este formulario con datos personales y podrás entrar a la academia.- dijo Minato, sin siquiera levantar la mirada.

Luego de varias preguntas, el formulario estaba casi completo. Hiruzen había visto a Naruto y no lo podía creer, pero no dijo nada por petición de él mismo.

-Excelente, solo falta tu nombre.- dijo el Yondaime.

-Naruto Uzumaki.- dijo simplemente el ojiazul.

Minato levantó la mirada sin poder creer lo que había escuchado, pensaba que sus oídos le habían fallado. Pero ese cabello rubio, ojos celestes y tres marcas de bigotes en cada mejilla no le podíab mentir.
El Sarutobi tomó el papel ya firmado por el Hokage y se lo entregó al chico, que se fue por la puerta.

Naruto decidió comprarse ropa, por lo que fue a una tienda cerca de la academia. Compró una camisa negra con detalles naranjas y el símbolo Uzumaki en rojo en la espalda. Siguió usando sus pantalones ANBU negros y unas sandalias negras. Salió de la tienda y llegó en unos minutos a la academia.

Ingresó en la institución y buscó por el salón que le correspondía. Supuestamente compartiría salón de clases con los herederos de clanes y algún que otro civil. Tocó la puerta de la clase y un Chunin de pelo castaño atado en una coleta alta y una cicatriz en la nariz lo recibió. Le entregó el documento firmado al hombre, y este reconoció su nombre. Con una cara de indiferencia, el Chunin le dijo que se llamaba Iruka Umino, y que el examen final estaba a punto de comenzar. También le indicó que debía presentarse ante la clase, luego de que le dé la indicación de pasar.

Naruto ingresó al salón cuando lo llamaron y se presentó frente a sus nuevos compañeros, no sin antes analizarlos a todos y cada uno.

Shino Aburame, un especialista en el uso de insectos, perfil bajo y poco problemático. Shikamaru Nara, un genio pero vago, usa muy bien su jutsu de manipulación de sombras. Chouji Akimichi, un chico cuyos huesos eran tan grandes como su corazón, también era un gran usuario del jutsu de expansión. Hinata Hyuga, una chica tímida, nunca podría causar mucho daño debido a que es muy pacífica. Ino Yamanaka, una chica con las hormonas ya desarrolladas, sería muy buena Kunoichi de no ser por su actitud de Fangirl. Kiba Inuzuka, un arrogante que se cree el alfa y acompañado por su perro Akamaru, buenas habilidades de Taijutsu. Sakura Haruno, una civil con bajas destrezas ninjas pero muy inteligente, podría ser una buena médico si no fuese una Fangirl. Sai, un chico misterioso y desconocido para Naruto, pero que tenía algo que ver con Danzo Shimura. Sasuke Uchiha, perdió a su familia en la masacre al clan Uchiha y es un emo vengador y bastante arrogante. Por último estaban Menma y Mito Namikaze, los gemelos prodigios. Eran adorados por toda la aldea, pero aunque el chico era un arrogante Mito se abstenía de fanfarronear con su herencia.

-Mi nombre es Naruto Uzumaki, daré el examen final con ustedes. Espero que no nos llevemos mal.- dijo vagamente el ojiazul, y caminó hasta su asiento.

Pero para su mala fortuna, su hermano menor se interpuso en su camino.

-¿Qué quiéres?- preguntó tranquilamente el rubio.

-Mamá y papá han llorado mucho por tu desaparición, creo que deberás pagar las consecuencias...- dijo el pelirrojo.

-Sí, de seguro tú has llorado por la desaparición del chakra de la bestia...- se burló Naruto, el cual golpeó a su hermano en la frente con dos dedos.

Siguió caminando hasta el fondo del salón, dispuesto a sentarse y poder hacer el examen tranquilo. Menma estaba furioso, pero se prometió esperar para otro momento.

-Oye, ese idiota de pelo gris te mira como un loquito...- murmuró Kurama, y el ojiazul asintió.

-Ya lo veo, me pregunto que estará tramando ese tipo...- respondió mentalmente el rubio.

Muchas cosas habían pasado desde su regreso, pero lo peor estaba por venir. Cuando el pueblo se entere de su vuelta a la aldea, será muy difícil circular por la calle. Solo quedaba esperar y rezar porque los aldeanos no hagan nada en contra de Naruto