Capítulo 21: Exámenes Chunin (4ta parte)

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-Atención, mocosos, estamos en las puertas de entrada al área de entrenamiento número 44, mejor conocido como el Bosque de la Muerte.- dijo con una dulce sonrisa la pelimorada.

A varios alumnos casi que se les fue el alma por la boca luego de escuchar el apodo del temible lugar, pero entre la multitud se escuchó un resoplido.

-Tampoco es tan así...- murmuró Naruto. Él recordaba haber ingresado por curiosidad hace un par de meses, pero no le pareció algo tan terrible lo que había ahí.

En un acto de reflejos, Naruto atrapó un kunai que le iba apuntado a la cabeza. Anko apareció detrás de él, y le lamió la mejilla.

-¡Ten cuidado con lo que dices, Genin!- dijo la mujer.

-Y tú con lo que haces, Jounin...- dijo el ojiazul detrás de ña Mitarashi, y el Naruto que frenó el kunai desapareció en una bola de humo.

Para provocarla más, el rubio le tocó el trasero a Anko sin que nadie lo viera, y como era de esperarse, la pelimorada se enojó y lanzó un kunai hacia atrás. Para su mala suerte, el ojiazul había desaparecido, y notó que estaba delante de vuelta. Pero ambos dejaron su enfrentamiento al notar a una mujer detrás de ellos dos.

-Disculpa, se te cayó esto...- dijo una extraña mujer de Kusagakure, que estaba sosteniendo el kunai lanzado por Anko con su lengua.

-¡Muchas gracias!- dijo la Mitarashi, recibiendo su arma y volviendo al frente de todos.

Anko comentó que la segunda fase era una prueba de supervivencia. Los tres integrantes de cada equipo debían llegar a la torre del centro, no sin antes recolectar los dos pergaminos. Uno era del cielo y el otro de la tierra, y al principio del examen cada equipo tendría uno de esos dos. No podían ver el contenido de ellos hasta llegar a la torre. Si alguno de los integrantes moría, el equipo sería descalificado. El tiempo de realización era de 5 días, y si llegaban antes debían alojarse en las habitaciones en la torre.

-Pasen a la tienda de campaña para firmar un acta que no nos responsabiliza ni a mí ni a Konoha por su muerte, y recibirán un pergamino.- indicó Anko, y un par de grupos abandonaron los exámenes por miedo.

El equipo de Naruto obtuvo un mapa y el pergamino de la tierra, pero obviamente iba a haber una disputa.

-¡Yo llevaré el pergamino! Al ser el más fuerte, debo ser el encargado...- dijo arrogantemente Sasuke.

-Es más fácil llevarlo almacenado.- dijo el rubio, tomando el pergamino y guardandolo en el sello de su antebrazo izquierdo.

El Uchiha estaba muy furioso, pero decidió restarle importancia ya que, muy en el fondo de su ser, sabía que era un buen plan.
Se pararon en frente de las puertas que les correspondían, y esperaron a que se abrieran. Al cabo de 5 minutos, las puertas se abrieron y el equipo 7 se adentró corriendo hacia el bosque. Los primeros 20 minutos fueron bastante tranquilos, pero de pronto se comenzaron a oír algunos estruendos o choques de armas a una gran distancia de ellos.

-Tengan cuidado.- fue la orden de Naruto, que sentía a unas personas acercándose.

Al cabo de 10 minutos, los sentidos de Naruto se dispararon de repente, y el rubio realizó un sello manual.

-¡Raiton: Asesino eléctrico!- dijo el ojiazul, y un relámpago proveniente de sus manos atravesó a una serpiente extremadamente grande, matándola.

-Vaya...- murmuró Sakura un poco asustada.

-¡No bajen la guardia!- gritó Naruto, apoyando sus dos manos en la tierra.

Otra serpiente igual de grande intentó comerlos, pero varias lanzas de tierra la atravesaron y la mataron. El rubio rodeó a su equipo en un domo de tierra, y los protegió de una ola gigantesca de viento que hasta arrasó con varios árboles. La tierra se deshizo y Naruto se preparó para el combate con un kunai en la mano.

-Vaya... pensé que iban a morir...- murmuró una mujer, que luego se echó a reir siniestramente.

-No me puedo mover...- pensó atemorizada Sakura.

Sasuke y la pelirrosa estaban sentados en el suelo, mientras la ilusión de cómo esa mujer los iba a matar los estaba atemorizando. El Uchiha se estaba por suicidar, pero el ojiazul los despertó a ambos.

-Váyanse lo más lejos que puedan de aquí.- fue la orden de Naruto.

-¡No te creas que me quitarás el protagonismo!- gritó furioso Sasuke.

Pero para la sorpresa de todos, Naruto concentró chakra Fuuton en ambas manos y tomó del cuello de la remera a Sasuke y del brazo a Sakura. No parecía tener ganas de discutir...

-¡Fuuton: Corriente de aire!- gritó el ojiazul, lanzando hacia la torre a sus compañeros.

-¡¿Pero qué?!- se preguntaba la mujer asombrada, luego de ver el acto del niño que tenía en frente.

-No sabía que, además de ser pedófilo, eras travesti, Orochimaru...- dijo Naruto.

La mujer rió desquiciadamente ante la burla y se quitó la piel. Era un hombre, si se lo podía catalogar así, ya que tenía algunos rasgos de serpiente. Ese individuo pálido era uno de los tres legendarios Sannin, compañero de Jiraiya y Tsunade Senju, y alumno del mismísimo Hiruzen Sarutobi. A pesar de esto, él era un traidor de Konoha, y como un shinobi de dicha aldea, Naruto debía hacerlo pagar.

Mientras tanto, Sasuke y Sakura estaban a punto de estrellarse contra la torre, pero la corriente de aire que los rodebaba simplemente frenó el descenso y los apoyó con delicadeza en la cima.

-¿Qué es esta nota?- preguntó Sakura, viendo que tenía un papel pegado al brazo.

-"Esperen aquí, ustedes tienen el pergamino, yo volveré dentro de poco"- leyó Sasuke, viendo que, efectivamente, tenían el pergamino de la tierra.

Naruto recordó las veces que Jiraiya le habló sobre su ex-compañero, y que jamás pudo vencerlo en combate. El Sannin de los sapos se encontraba buscando a Orochimaru, pero cada vez que encontraba la ubicación de una de sus bases, ya era muy tarde. El rubio sabía que el Sannin de las serpientes tenía un objetivo, pero no sabía cual. Tendría que intentar hacerlo hablar luego del combate, pero no creía que sería tan fácil derrotar a un renegado de clase S.

El Poder de los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora