Por favor no me digas que me quieres, te lo digo enserio, te conviene dejarme sola, porque le temo al amor, porque huyo de él, aún cuando aun cuando mi subconsciente lo busca en la mirada de miles de desconocidos porque para mi esa es la conexión con el alma, donde se desvela el ser verdadero.
Aquel que disfruta de un rayo de Sol colándose por la ventana, aquel que en los días de lluvia adora dibujar con la yema de sus dedos en ventanas empañadas, al que le divierte ver cómo se resbalan las gotas de lluvia en el cristal, porque espera a ver cual es la que llegará primero.
Porque ahí está ese que juega a no pisar las líneas en el pavimento, aún no lo encuentro por ello escribo esto, en un intento por no dejar ir la ilusión.
No me digas que me quieres, te lo digo enserio, porque no quiero que me hagas sentir que estoy bien como soy, porque no quiero sentir ni por un instante que alguien por fin lee a través de mis líneas, porque más temprano que tarde lo terminare arruinando.
Empezarás a cuestionar mi forma de amar y querrás moldearme a tu manera, te disgustará día tras día este amor volátil que es lo único que puedo ofrecer y tendré que elegir, y me elegiré a mi, aún cuando deseo que alguien me desarme los miedos y haga con ellos una obra de arte.
Soy nocturna, pero no soy de esas que van a fiestas, se emborrachan y se pierden en brazos de algún desconocido, soy de esas que encuentran en la madrugada el punto de partida para desatar la imaginación, porque bailo donde quiera que esté, en cualquier momento, mientras sienta el deseo, porque lloro por todo, por nada y por si acaso.
Me considero fan de Saturno, una Saturnina, no quiero ser tuya, quiero que me permitas ser mía, no sirvo estando atada, quiero hacerte sentir especial, golpes de adrenalina en el pecho y que sientas como corre por tus venas descargas de electricidad cada que te bese, quiero sacarte una sonrisa aunque cuando todo lo que quieras sea llorar, quiero mimarte y besar cada una de tus cicatrices tanto internas como externas en gesto de disculpa por no estar ahí en el proceso de daño.
Quiero sentarme en tus piernas y admirar a Frida, escuchar algunos poemas de poemas Neruda, y reírnos con las ocurrencias de Márquez, bebernos sorbo a sorbo las angustias, mientras admiramos el desfile de colores que el cielo tiene para nosotros, ser esa loca que se cruza por mente cada vez que alguien te pregunta si crees en el amor.
