CAPÍTULO II: UNA VISITA AL ZOOLÓGICO

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—Si saldrás, necesitaré un poco de dinero para comprar algunas cosas para comer. El refrigerador está desierto, lo sabías no?—

John saco su billetera poniendo 20 dólares sobre la mesa

—Has tus deberes y luego podrás comer. Llegaré a las 10 de la noche— mufo al tomar su material

—De acuerdo—se acerco a ella para abrazarla y reposar un beso en su mejilla. Se sentía asqueada

—Pórtate bien casey, no quiero recibir más quejas de los profesores. No quieres verme enojado todos los día..verdad?—

"pudrete" su mente gritaba darle una patada en las bolas y salir corriendo a denunciarlo. Pero no, no era tan fácil. El pagaba sus estudios y necesitaba terminar primero sus estudios antes de pensar en un plan de escape.

—Lo siento. No volverá a suceder.

—Eso espero Casey—sus enormes brazos la soltaron y salió a la calle para arrancar su vieja camioneta. Ella lo observó alejándose y no pudo sentirse más feliz. Tomó el billete y salió sin importarle hacer sus cosas. ¿De qué serviría? La exposición que tuvo fue ignorada por completo

Tendría toda la tarde para estar fuera. Su tío regresaría a las 10 y muy posiblemente uno de sus amigos le hablarían por teléfono para que fuera a recogerlo por lo ebrio que estaba y no podría manejar de regreso.

En el trayecto del autobús pensaba donde sería el lugar ideal para pasar el rato. Filadelfia era un lugar pequeño pero lleno de cosas interesantes, un sin fin de locales de comida rápida donde tenía claro en no ir, ya que la comida callejera era parte de su vida diaria. También pensó en ir a la biblioteca pero tampoco era algo que le interesará en un martes. Odiaba el cine y lo último que quería era estar rodeada de gente que solo iba a manosearse y patear el asiento de la persona de enfrente. El museo estába un poco más retirado de su casa y por más que quisiera no podía alejarse tanto, lo último que quedaba era el zoológico que estaba a unas cuantas paradas más. Sin pensar más decidió bajar una cuadra antes de donde quedaba el lugar para caminar hasta la entrada

—Genial, 2.50 dólares la entrada—dijo en tono infantil lo suficientemente bajo para no ser escuchada. Al estar dentro vió algunos empleados ofreciendo los folletos a los visitantes, inclusive vendiendo boletos para "tratos especiales" y la entrada a lugares en donde se encontraban algunos animales exóticos. Si tan sólo ella pudiera darse esa clase de lujos, pero solo cargaba con cincuenta más cinco dólares de su desayuno escolar. Ella se rió mentalmente al imaginarse una vida llena de comodidades

—Hola buen día!— Casey dió un brinco de susto por la repentina aparición del hombre que se puso frente a ella

—Mierd... Lo siento— se excusó antes de que fuera tarde.

—Tranquila, estas en un zoológico. Pero no soy uno de ellos— dijo el hombre que se reía ante los movimientos raros de casey —Solo me acerque para invitarte a la nueva atracción donde se encuentra una de las nuevas especies del tigre de bengala. Estas invitada— le entrego un folleto donde venían las ubicaciones del grande lugar.

—Gracias—dijo sonriéndole amablemente. Siguió caminando y ver las jaulas de los chimpancés

"Atracción? Debes estar bromeando"

su mente jugaba al par con ella. Al estar más dentro notó una de las jaulas más escondidas y ver a un ciervo axis escondiéndose entre las ramas, ella se acerco sutilmente sin tratar de asustarlo. Se acerco a leer la información en la jaula, los machos cuentan con más colmillos que las hembras, su cuello robusto era hermoso era cierto que los machos que tenían astas hermosas y espectaculares.

—No te gusta estar encerrado aquí verdad?— se acerco más hasta juntar sus manos en las rejillas

Volteando al piso vio algunas ramas con hojas para darle más de cerca. Justo cuando estaba a punto de acercarse el animal a su mano una voz calmada la detuvo.

—No es una buena idea— giro su cabeza al momento de escucharlo, un hombre se acercaba amablemente.
—Mira, durante el día y cuando los días están más soleados suelen dormir durante más tiempo. Por lo que casi no comen, hasta en la noche— desvío su mirada con los labios arrugandose, sentía sus mejillas calientes y podría jurar que se veían sonrojadas. No le contesto. Se sentía como una niña regañada, de nuevo volvió a mirarlo y su mente vago a unas horas antes. El hombre con el que había chocado y que al parecer tenía prisa

—Yo.. lo siento, no sabía— dijo finalmente tirando la rama que colgaba entre sus dedos.

—Creo que fuí un entrometido. Tú seguridad es primordial, el es inofensivo pero recordemos que hay personas con cierta imprudencia— casey pensó si lo había dicho por ella.
Miro su reloj notando que eran las 3:32pm.

Ella le devolvió una sonrisa

—Si lo sé, amm.. prometo leer primero antes de intentar acercarme más y corra el riesgo de que me devoren— el sarcasmo claramente no era lo suyo ya que el hombre sólo se rió como si hubiera escuchado un chiste de una niña de kínder.

—Perfecto, diviértete. El zoológico es tuyo— se alejó con la máquina de aire entre sus manos perdiéndose entré las demás personas.

"porque siempre tienes que decir estupideces?" pensó con la vergüenza aún en sus coloridas mejillas. Estuvo dando vueltas durante las demás jaulas que faltaban por ver, al dar las cinco de la tarde. Se encaminó con prisa hacía la salida, aunque no fuera tarde quería tener más tiempo para ir a un lugar más adecuado y cerrado para ella, su estómago vacío estaba pidiéndole a gritos comida

Salió y tomó el autobús de regreso junto a unas personas que también esperaban en la fila. Después de diez minutos se bajó en una cuadra antes de su casa y poder llegar al pequeña fonda donde vendían sándwiches y papás fritas. Ansiaba un bocado, al comer sintió un placer recorriendole todo su interior. Al comprobar más un reloj miró que faltaban quince minutos para las siete..

"demonios, porque vas tan rápido" hizo una mueca a su reloj mientras terminaba de dar su última mordida.
Al pagar la cuenta salió para caminar y llegar a su casa, empujó con fuerza la pesada y rechinante puerta.. maldijo entre dientes el ruido ya que algunos vecinos curiosos se asomaban
Dejando la mochila a un lado y dar un resoplido cansado se dejó caer el único sillón-cama que su tío había hecho mierda por el peso

El ruido insoportable de la puerta abriéndose, la hizo abrir los ojos abruptamente.

—Me asustaste, estás bien?— le pregunto al ver a su tío con la mirada destellosa y verla fijamente.

—Ya deseaba llegar y verte.

"Aquí vamos de nuevo" pensó al momento de suspirar

—Ire a dormir, mañana tengo escuela.

Al dar unos pasos los brazos de el la detuvieron haciéndola caer de nuevo al sofá.

—Vamos Casey, dale placer a tú tío— puso todo su peso encima de ella tomándola entre sus piernas y abrirlas.

—No.. por favor no, hoy no— le suplicaba entre lágrimas que humedecieron el cuello de su chaqueta. Dando más pelea se percató que el había dejado de moverse, se había quedado dormido. Se deslizó con dificultad para zafarse y irse a su habitación a llorar y esperar que fuera miércoles

Solo faltaban tres días más...

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