we are the same

CAPITULO 19: ALGO MAS QUE UNA CHARLA

El mundo no gira alrededor de nosotros..

Michael, el compañero de Casey vivía como a quince cuadras de la casa antigua de la chica, casa que actualmente se encontraba vacía y con una típica cinta amarilla con letras pequeñas. Su hogar era cuadrado y avejentado que tenía un recubrimiento de aluminio deteriorado y toldos grises y descoloridos. La ventana frontal estaba rota, probablemente por rocas que arrojaban. Estaba cubierta por un cartón sujeto con cinta adhesiva. El jardín estaba descuidado por el tiempo que se veía, la doctora ellie calculaba que había pasado ya cinco meses desde el arresto domiciliario a John. Había una camioneta afuera con las llantas desinfladas y el chasis oxidado mientras la cubría una gran cobija de polvo.

—Asi que este era tu hogar Casey.

Ellie staple Estaba ahí.

..

—Y bien? Esta rico? — Barry era una de los alters con los cuales me encantaba estar. Dulce, extrovertido, aunque algo desordenado. Personalidad que posiblemente pudo haber tenido Kevin de no tener este transtorno.

—No hay nada mejor en la mañana que empaparse el paladar de algo dulce y cubierto de chocolate —dije alegre de terminar mi smoothie

—Lista para irnos? —pregunto y asentí mientras me levantaba primero de la mesa. Él me siguio.

—Cual será nuestra primera parada de este día tan "divertido" —dije alzando los brazos con voz aniñada.

—Iremos a ver una casa.

—Casa? Quieres decir.. —agrande los ojos por la sorpresa

—No te tendremos viviendo en un hotel de mala muerte, con prostitutas, gritos y olores de hombres sudados luego de haber engañado a sus esposas.

—Bueno.. gracias por evitarme esa charla —conteste aliviada.

Caminamos algunas calles, por no decir mucho.

—Lindo auto —dije sarcásticamente.

—Apenas estamos iniciando, tenemos que adaptarnos todavía a este lugar. Nuestro presupuesto aún no nos alcanza para un decente automóvil.

Seguimos caminando hasta llegar a un lugar completamente diferente, sin duda se veía un vecindario no tan lindo

—Bien, hasta aquí llegué.

—¿De que rayos hablas?.

Podía imaginar lo que se venía.

—Dennis debe hacerce cargo. No soy un gran negociador en estas cosas.

—Entiendo, bien, venga ya.

No es que me causaría gracia esto, pero no podia evitarlo. El cambio en su rostro era una gran escena

—Qué es tan gracioso? —dijo finalmente, sacando de su bolsillo unas gafas diferentes a las que usaba.

—Tus expresiones faciales son realmente divertidas.

—Me da gusto saber que te divierte.

—Eso pensé. Eres una buena chica. Eso me agrada de ti —te inclinaste más hasta que retrocediste en instantes por mi evidente incomodidad

Él singulariza todo lo que deseaba. Nos paramos frente a la puerta y dennis tocó tres veces.

—Tranquila, todo estara bien, todo esta bien.

Eso me tranquilizó tanto

La puerta se abrió y un hombre de baja estatura, demacrado y con notoria resaca salió a recibirnos.