CAPITULO 18: UNA CHARLA NECESARIA

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Una de las tantas cosas que han sucedido y que no he contado aún, fue una noche anterior a la fiesta de cumpleaños de Claire. Una fiesta del inicio de vacaciones y que un compañero había organizado.. y que por supuesto, yo no había sido invitada

..

Oye niña, tienes que venir por tú tío. Esta demasiado ebrio —senti como el ácido subía por mi garganta, tampoco era como si estuviera sorprendida, pero era de las pocas cosas que deseaba que pasaran esa noche.

—¿Enserio? —conteste con ironía—. Voy enseguida

Era claro que no deseaba ir por el gordo culo y ebrio de John, pero tenía que hacerlo. Vivía con el y sabía que si lo dejaba sus amigos le sacarían hasta el último centavo en alcohol. Salí de casa y tomé el autobús que me acercaba a unas pocas calles de Clyde, el amigo cercano de mi tío que siempre me hablaba cuando se excedía con la cerveza y no podía manejar de regreso, ni con su alma.

—Hey John, llegó tu sobrina por ti.

—Que carajos Casey, ven aquí —dio un paso adelante, y aprecié la gran oportunidad de dejarlo caer, sobre todo si sus demas amigos estaban igual de borrachos y no se darían cuenta de quién lo había dejado caer. Pero no, no pude hacerlo

—Dame las llaves de la camioneta —dije sin emoción.

—Qui.. quieres las llaves? Bueno ve a buscarlas —el idiota las aventó hacía la piscina. Lo único que pude hacer fue resoplar e ir a buscarlas

—Tranquila casey, yo me encargo. Mientras ayuda a tú tío a subir al auto.

—Gracias Clyde.

—Oye trata de caminar por ti mismo, no soy una jodida maquinaría —el aire se me iba, tenía su brazo alrededor de mi cuello y era realmente pesado.

—Casey, bebé tú siempre salvas mis días —decia luego de haberse metido al lugar de acompañante de la camioneta. Clyde había recuperado las llaves.

—Escucha, yo lo hubiera llevado pero no puedo dejar sola esta casa —dijo apenado—, maneja con cuidado, es noche y puede ser peligroso.

—No te preocupes. Lo que si pudiste haber hecho es no dejar que bebiera tanto —subi a la camioneta y escuché unos cuantos reproches

Realmente pensaba que esto era mi destino. Transportar a mi tío que se la pasaba bebiendo entre semana, detenciones después de clases, peleas con mis compañeros y profesores. Vivir una detestable vida creyendo que alguna vez alguien o algo me salvaría de esto.

—Espera, te abriré la puerta para que puedas salir —apague la camioneta y salí para abrir el otro lado de la puerta.

—Dormire aquí, lárgate —balbuceaba

—Solo sal de la maldita camioneta, entrá a la casa y podrás dormir —mi paciencia se estaba acabando

Nuevamente lo ayude a que se mantuviera de pie y caminara hasta adentro. Se dejó caer encima del ancho sillón. Yo regresé a mi habitación, mi corazón se aplastaba. Me recosté en mi cama y comencé a llorar. En algún momento de la siguiente hora, alguien tocó a la puerta. Me seque los ojos y caminé ya sabiendo lo que sucedería.

—Casey, oye necesito que salgas y consigas más cervezas.

—Oye viejo, son las once de la noche, ¿Dónde voy a conseguir alcohol a estás horas y sin identificación? Además creí que dormirias hasta mañana —rodee los ojos y hasta me reí de lo que decía

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