we are the same

CAPITULO 22: UNA VISITA ERRÓNEA

Confiar en las personas definitivamente ya no estaba en la largos tropiezos de Casey Cooke. Aunque debo admitirlo, sabía que no pasaría tanto tiempo para que esto volviera a suceder. Por azares del destino, kevin y yo regresamos a Filadelfia. Pero no en las circunstancias que hubiéramos deseado.

El ruido de los autos me inquietaban. Me sentía perseguida, acechada. Después de todo yo ayude a la horda a escapar. Era cómplice. Llegué a la gasolinería y el motor de algunos automóviles estacionados, cobijaban a la brisa tan fría de esa mañana. Deslize la puerta de entrada del autoservicio y al entrar una mujer policía choco contra mí.

—Lo siento hija —dijo sin el interés mirarme. Caminó a su auto y subió en el.

Me recordó a muchos meses atrás. Yo no quería salir del auto policial

"Tú tío está aquí"

Aunque no dije nada, supo que había algo mal. Por alguna manera muy extraña, las palabras no me salían. Era como si un nudo se hubiera formado en el momento que me dijo que tío John había llegado. De hecho, no fue necesario hablar, la mirada que le lanze fué más de lo que la oficial pudiera temer. Por el rabillo del ojo derecho, pude notar que alguien se acercaba. Me puse nerviosa y una ligera gota de sudor se me escapó de la línea del cuero cabelludo. La mujer asintió con la mirada y cerró la puerta. Creía que me lanzaría a abrazarlo pero simplemente lo ignore, no gire la cabeza. No quería enfrentarlo, solo escuchaba los murmullos por fuera. La oficial junto a otro que se le unió le pidieron que fuera un momento con ellos. ¿Cómo estuvo eso john? ¿Te lo esperabas? No, apuesto que no.

—Oye, ¿Todo bien? —la chica detrás del mostrador movió su mano sacándome de mis recuerdos.

—Uh, si. Lo siento, ¿Cuánto es?

—Cinco dólares con noventa.

Saqué un billete doblado de la mochila que cargaba. Eran las siete de la mañana y había entrado por un café. Dejé el billete en el mostrador y la empleada lo tomo fastidiada para darme el cambio.

—Gracias —le dije sin ánimo.

—Casey.. hola.

Cuando salí de la tienda una mano fría tocó mi hombro.

—Oh.. hola.. Joseph —salude entre asombrada y nerviosa—. Regresaron a Filadelfia?

—Mi padre sigue siendo fugitivo. Me las arregle para volver sin que la policía...

—Espera.. —le interrumpí—. Te has enterado del juicio contra Kevin.

—A eso he vuelto también Casey.

—¿De qué hablas? ¿Testificaras? A eso te refieres.

Asintió con pena.

—Genial.. —aparté la mirada, inhale aire y exale con lentitud—. Nos vemos ahí..

—Casey, espera..

Me aleje de ahí lo más rápido que pude y tomé un poco más de aire para dirigirme a mi destino. Mi antigua casa. En dónde John se encontraba en arresto domiciliario.

✨

—Kevin crumb, afuera.

—Yo no soy Kevin, soy Hedwig.

Un guardia de seguridad que tenía voz aguardientosa y cuerpo corpulento, escoltó al alter fuera de la grande habitación. La luz hipnótica iba adelante de él. Por si las dudas. Llegaron a una sala espaciosa en dónde se encontraban los demás pacientes. La doctora staple esperaba a que todos estuvieran ahí para hablar.

—Espero que todos se encuentren bien. El día de hoy, estoy segura que deben estarse preguntando porque he incluído a un nuevo paciente que sé, conocen bien. Es Hedwig, y se integrara de hoy en adelante con ustedes en esta sala de actividades recreativas. Por favor, sean amables.