Capitulo 1: Sentimientos rotos

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Mi nombre es Marinette Dumpein-Cheng, tengo 19 años. Cuando era una niña, mi madre solía contarme historias del hilo rojo del destino, que decía que todos estamos destinados a encontrar a esa persona que tiene el mismo hilo rojo, también decía que podría enredarse, estirarse, pero jamás cortarse.

Y con el paso del tiempo, aún sigo creyendo en aquella historia.........

Voy caminando por las calles de París usando sandalias color beige, un vestido color rosa pastel con un cinturón café, y una chamarra de mezclilla y el cabello suelto con una bolsa de regalo. Ya que hoy cumplo 8 meses de pareja con Adrien Agreste, un modelo famoso.

-Espero que le guste- digo con una sonrisa parada enfrente de su casa. Toco el timbre y nadie responde, toco de nuevo esperando una respuesta, pero nada.
-Que extraño, se supone que hoy es el día libre de Adrien- me retiro de la puerta solo unos cuantos centímetros, y escucho el sonido de algo golpeándose.

Voy hacia una ventana a ver que fue ese sonido, en cuanto veo lo que sucede, suelto la bolsa al suelo y siento un gran dolor en el pecho.

-No pude ser- unas lágrimas corren por mis mejillas y pongo mi mano en mi pecho.
Ahí estaba él, en pleno acto con una chica de tez aperlada cabello castaño y alborotado.
No podía creer lo que estaba presenciando. La persona que amaba me estaba engañando, al no poder seguir viendo eso salgo corriendo de ahí llorando y tropezandome y chocando con las personas sin que yo pueda disculparme con ellas.

Me quedé sentada en una banca de madera, esta allí sentada con la cabeza abajo preguntándome como fue que llegue a esté punto, el porque Adrien me hizo esto y desde cuando se estaba burlando de mi de esa manera.
No pude seguir pensando porque una gota de agua callo en mi cabeza. Levanto la mirada y veo las nubes y veo que se están haciendo oscuras y percibo en el aire un ligero aroma a tierra mojada, dándome a entender que está a punto de llover.

-Será mejor volver a casa- me levanto de la banca de madera y me dirijo con rumbo a mi casa.

La lluvia era muy fuerte, y el viento era muy frío, y la ropa que traía puesta no ayudaba. Temblaba de frío y lo único que hice fue abrazarme para sentir calor, pero no funciono, no puedo ver nada. Cruzo una calle, y en eso veo un par de luces acercarse, en eso escucho el sonido de los frenos de un auto

-¡¡Ah...!!- pego un grito mientras cierro los ojos. No sentí nada.

-¡¡Oye, ¿te encuentras bien?!!

Escucho una voz varonil, levanto la mirada para poder ver el rostro de aquella persona, pero veo borroso y siento un dolor en mis rodillas al sentir el pavimento en ellas.

-¡¡Oye!!- escucho esa voz de nuevo y siento unos fuertes brazos tomándome de la cintura antes de caer totalmente al suelo. Por un momento sigo escuchando esa voz llamándome y preguntándome si estoy bien, y en eso alcanzo a ver unos ojos color azul oscuro, y por un momento pensé que eran hermosos.....

Continuará...

Un dulce hogar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora