Décimo: "Mutante"

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La oscuridad de la noche se tragó la sombra del hombre quien camina despacio y silenciosamente por el pasillo, en su mano derecha lleva una lima de uñas, larga y delgada. Sus pies descalzos se detienen frente a la puerta rosa en el pasillo, y da un par de pasos en dirección a esta, pone la mano sobre el pomo, y cuando trata de abrirla se da cuenta de que está cerrada con pestillo.

Lleva la lima de uñas hasta el cerrojo, y cuando está por forzar el pomo, se da cuenta lo ruidoso que será, así que se detiene, porque no quiere despertar a la mujer en la habitación que dejó minutos atrás.

Sus pies retroceden, antes de continuar avanzando, esta vez en dirección a las gradas al final del pasillo. Sube las gradas, una a una, despacio, y con la adrenalina llenado su sistema. Utiliza la lima para forzar la cerradura de la habitación de Wanda, lo hace lo más despacio y silenciosamente que puede, tras varios intentos y maldiciones en voz baja, el pestillo cede.

La puerta se abre, mostrando el interior de la habitación que pocas veces ha visto, hay un escritorio en la esquina derecha de la habitación, y un pequeño mueble bajo la ventana, cerca de un pequeño librero. Sobre el escritorio, en la pared, hay un tablero de corcho, donde hay notas, fotos, y un par de dibujos, sobre la cama hay una continua línea de focos pequeños, de distintos colores, y en la cama, bajo la manta morada, está un cuerpo. La silbante respiración de Wanda es lo único que se escucha, Jonathan deja caer la lima sobre el piso alfombrado, que no hace ningún ruido.

Los pasos de Jonathan continúan, hasta estar frente a la castaña, y entonces todo sucede en una pequeñísima - y casi imperceptible - cantidad de tiempo. La mano del hombre sobre la boca de la joven, antes de posicionarse sobre su cuerpo, que se tensa mientras despierta. Sus ojos se abren de par en par, llenos de lágrimas, sus manos moviéndose para tratar de apartar al hombre, antes de ser atrapadas y sujetadas firmemente por el hombre. Quien se inclina sobre su cuerpo, inspira el aroma que su cuerpo emana, y lame su cuello, Wanda patalea, chillando contra la mano que todavía le presiona la boca.

Los ojos de Wanda se cierran, tratando de concentrarse en que hacer, las lágrimas se aferran a sus pestañas, mientras el rostro de Jonathan baja hasta su pecho; y entonces se detiene, mientras los ojos de Wanda se encienden de rojo, el cuerpo de Jonathan comienza a flotar sobre la cama, hasta estamparse contra el techo fuertemente. La castaña se levanta de la cama, con el cuerpo tembloroso y expresión fiera, se limpia el rostro y el cuello con una mano, envuelta en una especie de luz roja.

- E-eres una~ - comienza el hombre, pero se detiene, llevando las manos a su cuello, donde la presión de algo le corta la respiración, el corazón dentro de su pecho comienza a dolerle, al igual que el resto de su tórax y su abdomen. Cuando las manos del hombre dejan de forcejear sobre su pecho, y sus ojos se cierran, Wanda lo deja caer con fuerza sobre la cama, antes de salir corriendo.

Corre escaleras abajo, con un movimiento de manos lanza la puerta rosa del cuarto de Polaris al otro lado de la habitación, la niña se despierta justo cuando su hermana entra, y la toma en brazos.

- ¿Dy? - cuestiona con voz pastosa, la castaña baja las gradas hasta llegar a la puerta principal, toma una chaqueta del perchero y se la pone sobre la cabeza a la pequeña, toma las llaves del auto y sale, apresurada. Cuando ninguna otra luz en la casa se enciende, sabe que su madre ha vuelto a beber, y probablemente continúe dormida, sin enterarse de nada. - ¿Dy, qué sucede?

- No... - susurra, abriendo la puerta trasera del auto, y dejando a Polaris allí. - no es nada...

Abre la puerta delantera y se sienta en el asiento del piloto, enciende el auto, con un continúo y largo pitido en sus oídos, el auto va en reversa, antes de acelerar en medio de la autopista.

Tras varios minutos, cuando la respiración y los latidos de Wanda se han calmado, se detienen en medio de una carretera, casi no hay ninguna casa, y la niña en el asiento trasero se revuelve mirando las temblorosas manos de su hermana, apoyadas contra el volante de cuero.

- Dy, - llama, casi en un susurro. - ¿a dónde vamos? - cuestiona, la mayor toma una respiración profunda, aun aturdida, sin saber que responder.

- Iremos... - farfulla, moviendo las manos sobre el volante. - iremos a ver a Vis...

(***)

Cuando Wanda baja del auto, con Polaris en sus brazos, Bruce, Tony, Peter y Visión ya están de pie en la puerta principal, aun en pijamas. El adolescente se apresura hasta la castaña, y toma el cuerpo de la pequeña niña dormida en sus brazos, antes de entrar al edificio.

- Wanda, - llama Visión, la castaña camina hacia él, quien le pone las manos sobre los brazos, delicadamente. - ¿está todo bien?

- Yo... - susurra, las lágrimas retenidas en sus ojos se arremolinan. - Vis...

Apoya la cabeza contra su pecho, antes de comenzar a sollozar, los brazos del rubio la abrazan delicadamente, y a unos pasos de ellos, Bruce le pone una mano sobre el brazo a Tony antes de susurrar "Iré a preparar algo de café."

- Será mejor que entremos, Visión. - propone Tony, el rubio asiente quedamente, separándose un poco de Wanda para poder ver su rostro, rojo por el llanto, le limpia las mejillas con los pulgares, antes de besarle la frente.

- Vamos adentro, podrás entrar en calor y hablar con más calma. - murmura, la castaña continúa mirándolo, su nariz enrojecida también, arrugada mientras asiente.

Las manos de Wanda sostienen la taza humeante de café que Bruce le extiende, antes de susurrar un "Gracias" tan bajito que apenas es audible, toma un sorbo de su café antes de apoyarse contra el brazo de Visión, quien le acaricia el dorso de la mano con el pulgar.

- ¿Crees que puedas contarme que pasó? - cuestiona Visión, la castaña levanta la mirada en dirección a Tony y Bruce, de pie frente a ellos, el doctor sonríe quedamente, avergonzado.

- ¡Oh! - se queja Tony. - No se preocupen por mí, solo soy el dueño del edificio y el "padre" de Visión. - refunfuña, haciendo comillas con los dedos, el otro hombre le pone una mano sobre el hombro y tira suavemente de él. - Bien, nos vamos.

Ambos hombres salen del salón dejando a la pareja sentada sobre el sofá, el hombre le acaricia el brazo a la chica, quien bebe otro sorbo de su café, antes de acomodar su cabello con las puntas de los dedos.

- Jonathan... - comienza, su voz aun temblorosa, la expresión de Visión oscilando entre la sorpresa y la ira.

- ¿Te hizo algo? - cuestiona, poniéndole una mano sobre la mejilla, Wanda se apoya contra la palma de su mano, suave y cálida, antes de negar quedamente.

- No, - comienza. - en estas dos semanas casi no he dormido. - admite. - Estaba pendiente de que no se acercara a Polaris, que no entrara a su habitación, así que estaba tan cansada que casi no podía salir de casa, es por eso que no he venido. - explica, se remueve levemente, inquieta. - Y anoche... yo... me quedé dormida. Entonces, no sé cómo... entró a mi habitación...

El cuerpo de Visión se tensa, mientras su mente procesa todo, una y otra vez, aún no comprendía como era posible que en un mundo tan bello hubiese gente tan horrible y mala, pero ahí estaba.

- ¿É-él...? - comienza, y Wanda se apresura a negar, con expresión horrorizada.

- No, no es eso. Cuando... cuando puso su mano sobre mi boca, yo... - la voz le tambalea otra vez, mientras sus ojos se le llenan de lágrimas. - Vis, fue Peter...

- ¿Qué? - susurra, y la chica presiona los labios entre sí, mientras las manos le tiemblan.

- Él... Jonathan le hizo algo a él... - un escalofrío le recorre el cuerpo, mientras los ojos se le inundan de lágrimas. - escuché sus gritos, suplicando por ayuda, rogándole porque parara. - comienza a llorar una vez más. - Y... y-yo no lo ayude... - su voz se rompe en medio de la oración. - él lastimó a Peter...

Back to me // Wolvesilver - PAUSADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora