Back to me // Wolvesilver - PAUSADA-

Decimocuarto: "Algo"

Storm tenía algo a lo que le gustaba llamar "pre", cualquier otra persona lo llamaría corazonada, pero ella no. Era algo que había sentido justo antes de que su madre muriera, o antes de que su hermano se rompiera la pierna a la mitad.

También lo había sentido unos minutos antes de que Apocalypse apareciera, así que sí. Su pre le ayudaba a saber cuando algo malo iba a pasar, por eso se despertó tan asustada. Con los mechones de cabello blanco revueltos, y el gran camisón cubriéndole casi la mitad de los muslos.

Saltó de su litera, la chica en la cama inferior se quejó por el ruido, mientras la peliblanca se disculpaba, sujetó unos pantaloncillos cortos y se calzó las primeras zapatillas que encontró -unas rosas con agujeros-, pensó en Peter, así que se deslizó por los pasillos y se escurrió en medio de la oscuridad.

El sol apenas empezaba a despuntar cuando entró en la habitación de sus amigos, Kurt saltó de la cama cuando escuchó la puerta ser abierta con vehemencia, mientras se quejaba.

- ¿Ororo? - inquirió, mientras la peliblanca miraba la cama de abajo. - ¿Qué sucede?

- ¿Dónde está Peter? - cuestionó, el pelinegro se encogió de hombros, aun con expresión cansina. - ¡Kurt!

- No lo sé, - se queja. - no lo he visto en todo el día.

La peliblanca murmura maldiciones por lo bajo, y sale de la habitación, sus pensamientos chocando entre sí, girando, hasta estancarse en algo: Peter está en peligro.

. . .

- Logan, - la morena abre la puerta de la habitación y enciende la luz, el hombre duerme profundamente, con un brazo colgando de la cama. - despierta, maldición. - se pone de pie a su lado, y le zarandea el cuerpo, o al menos trata.

- Una sola noche. - gruñe, con el rostro contra la almohada. - Solo eso pido.

- ¿Has visto a Peter? - inquiere, y el mayor niega.

- ¿Quizás está durmiendo como las personas normales? - murmura, la morena bufa.

- No está en la mansión. - explica. - Y... sé que puede sonar tonto, pero... - se detiene un momento, antes de suspirar. - creo que algo malo le pasa.

No escuchó una respuesta, no hubo sarcasmo, ni jocosidad. Logan se puso de pie, la sábana resbalando por su cuerpo, dejando a la visto su pecho, y unos pantalones de chándal negros.

- ¿Le preguntaste a Kurt? - inquirió, la joven asiente.

- No lo ha visto desde ayer. - comienza. - Pero pensé que había ido a hablar contigo.

- Me ha estado evitando desde hace casi 2 semanas, ¿por qué iría a hablar conmigo? - se gira para ponerse una camiseta, mientras Ororo analiza el tono de voz que usó para decir eso, demasiado vulnerable. - Como sea, vamos con Charles.

Ambos salen de la habitación, en medio de un silencio que es interrumpido por Logan, con voz firme.

- No quiero oírlo. - dice, la peliblanca abre la boca, y la cierra, antes de hablar.

- ¿El qué? - inquiere.

- Lo que sea que estés guardándote. - aclara, lo mira ligeramente. - No quiero oírlo.

- Está bien. - concuerda la chica. - No es como si fuera importante de todas formas.

Cuando están por llegar a la habitación de Charles, y giran en el pasillo, se encuentran con el profesor, que tararea una canción animada.

- Te necesitamos, - habla Logan. - y a cerebro.

. . .

- De acuerdo. - murmura Charles, poniéndose el extraño casco sobre la cabeza. - Voy a necesitar que estén callados, porque esto no es sencillo.

- Solo hazlo. - apresura el mayor, con expresión seria.

Los paneles a su alrededor se tornan rojos, y un centenar de diminutas personas aparecen, seguidos de pequeños murmullos. El profesor cierra los ojos, y los paneles giran, hasta detenerse, la imagen le causa una sensación agridulce al mutante de garras.

Peter estaba bien, más que bien, de hecho, dormía plácidamente, abrazado al cuerpo de una chica. Leila.

- ¿Qué...? - suelta Ororo en un susurro.

- Te dije que no quería oírlo. - murmura Logan, antes de girarse. - Me largo.

- P-pero... - llama Charles. - ¡Logan!

- Participé de tu pequeño circo, Charles, intenté amoldarme a este lugar, pero no puedo más. ¡Dijiste que me haría sentir seguro! - exclama. - Pero... me siento incluso más solo que antes. Me largo. - repite.

La puerta del brillante metal se abre ante su presencia y Storm se muerde el interior de la mejilla.

- Él te ama. - dice, Charles frunce el ceño en su dirección, y después hacia Logan. - Te lo iba a decir ayer, pero... no sé que está pasando. - insiste, los pasos de Logan se detienen un instante. - Pero sé que te ama.

- Míralo por ti misma, - murmura. - nos engañó a todos.

Cuando sale la puerta se cierra tras él, Charles mira a la adolescente, cejas levantadas y mirada expectante.

- Tú tienes muchas cosas que explicarme. - señala, y la peliblanca asiente.