Warzone Legacy || Pietro Maximoff

Capítulo 6: "Espadas y gatitos"

—¿Tony? —inquirió la muchacha al ingresar al taller, en donde un tornado parecía que hubiese arrasado con el lugar.

Entendía que el hombre no quisiera contarle en qué trabajaba, después de todo no era más que una chica en necesidad de protección a testigos, pero todo se había distorsionado bastante desde que llegó al lugar y eso que solo había transcurrido una semana. Lo que fuese que estuviera haciendo, tenía a Tony extremadamente ocupado hasta el punto de la obsesión y Liv no creía que fuera sano.

—¿Qué pasa? —respondió aún sin mirarla, concentrado en soldar partes de un nuevo traje que estaba construyendo— ¿Lograste comprar algo de ropa? —finalmente se quitó la máscara protectora y miró la gran espada que ella sostenía con cuidado— Si esto fue idea de Barton, no es gracioso. Dame eso antes de que te quites un ojo.

—Lo haría, pero tengo quince años más de la edad recomendada para manipular cuchillos, así que no —Liv respondió con sarcasmo—. Y no fue idea de Clint, aunque probablemente habría estado de acuerdo si la tienda las vendiera —Tony suspiró, claramente exhausto—. Es un regalo de mi madre —dijo con resentimiento, al tiempo que le tendía al hombre la pequeña tarjeta que venía adjunta a la envoltura de la espada.

—La madre del año —susurró, inspeccionando el trozo de papel— ¿Sabes usarla?

—¿Qué tan difícil puede ser? —la pelirroja la balanceó levemente con su mano, deteniéndose sólo bajo la mirada preocupada de Tony.

—¿Puedo verla? —le tendió la espada enseguida y observó cómo el hombre la depositaba sobre la mesa a su lado— Jarvis, haz un análisis.

Bajo órdenes de Tony, el I. A. escaneó el arma detenidamente y, acto seguido, anunció que no habían niveles fuera de lo normal.

—Es una espada normal.

—Eso es exactamente lo que temo —Liv obvió el comentario, a lo que Tony inspeccionaba la espada por su cuenta— ¿Qué es esto?

La chica se acercó a observar con más atención la anormalidad a la que se refería el hombre, quien ejerció un poco de fuerza en el pomo del mango y, en una explosión de luz violácea, la espada fue repuesta por una pulsera. La situación había oficialmente cruzado el límite de lo bizarro. Liv la recogió del piso y la examinó. Estaba hecha del mismo color de la hoja y en el centro se destacaba la misma gema violeta que antes adornaba la empuñadura, desprendiendo el diseño grabado en negro que habían visto en la espada original.

—¿Qué diablos?

—Me quitaste las palabras de la boca —Tony la tomó entre sus dedos para examinarla. Abrió la pulsera y la volvió a cerrar alrededor de la muñeca de la muchacha, quien aún la observaba sorprendida—. Thor hace algo similar con su martillo. Lo he visto. A veces lo convierte en un bastón o un paraguas. Tal vez tenga que ver con la magia ¿No es Freya la diosa de eso, también?

—Es diosa de muchas cosas —respondió la muchacha, abrumada—. Tengo que admitir que es bastante genial...

—Ya que te ves tan empeñada en conservarla, creo que deberías aprender a usarla. Así al menos no serás una amenaza para los que te rodean.

—¿Y dónde está lo divertido en eso? —Liv sonrió con algo de nostalgia que no logró engañar al hombre frente a ella— Bien, practicaré.

—Barton puede ayudarte. Está desempleado y aburrido, por eso viene a visitarme tanto.

—Si está bien para él está bien para mí —Tony volvió a suspirar—. Ahora, ¿cómo vuelve a convertirse en espada? —La chica volvió a arrancarse la pulsera de su muñeca e, instantáneamente, retomó su forma inicial— Asombroso.