Capítulo 19: "Sal en la herida"

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Luego de una larga, ruidosa y algo violenta discusión con Tony, en la que él alegaba no dejarla ir por el peligro que la batalla implicaba y el hecho que ya la habían herido, Liv decidió que lo ignoraría y formaría parte de la misión. Desautorizar a alguien que acababa de cometer uno de los errores más peligrosos del siglo veintiuno resultaba más sencillo para Liv que hacerlo con el prodigio de la tecnología.

—No estás en condiciones de darme trato preferencial. Al menos no hasta que solucionemos todo este desastre —había dicho muy a su pesar. Estaba segura de que perdería la cordura si se quedaba encerrada en la torre mientras el resto peleaba contra un demonio de hojalata.

La llegada a África fue mucho más rápida de lo que había pensado inicialmente, pero ya se había acostumbrado a que las distancias se vieran desdibujadas. Quizás también había ayudado la siesta que había tomado en el quinjet, no había podido dormir demasiado bien en las últimas noches por estar evitando a Pietro y eso comenzaba a jugarle en contra. Tenía que admitir que el deprimente silencio que marcaba la ausencia de Jarvis había ayudado a que conciliara el sueño en un rincón de la nave.

Se levantó algo más cansada que cuando se había acostado y con una sensación inconfundible erizandole la piel:

—Tengan cuidado, los Maximoff están ahí dentro —dijo con seguridad, tratando de ignorar el revoltijo de emociones que la situación le provocaba—. Tenían razón, se unieron a Ultrón —agregó con mal sabor de boca—. Bruce, cuídate —se dirigió al único que quedaría en la nave durante el ataque. Una sabia decisión, Hulk y armas no solían ser buena combinación.

Como si ya no tuviese demasiadas cosas ocupando su cabeza, ahora también se encontraba la ambivalencia respecto a los gemelos. Sabía que si lograba encerrarlos en una habitación y explicarles la realidad del asunto, todo sería mucho más fácil. Cómo conseguir eso, en cambio, parecía poco más difícil que generarle hábitos de sueño a Tony.

Escucharon golpes metálicos en el interior del establecimiento mientras se escabullían dentro.

—Cap y Thor, vienen conmigo. Clint, Liv y Natasha, quédense atrás hasta que sea imprescindible —Tony intentaba disimular que la quería fuera del combate, y para eso había utilizado a su favor a los dos agentes.

Intentó protestar pero no había demasiadas opciones y, si hasta Clint y Steve coincidían con Tony, ninguna de sus quejas funcionarían. Tenía un mal presentimiento respecto a esa misión.

Sacó su espada y esperó la señal mientras aún Tony entretenía a Ultrón.

—No deberías ser tan dura con Stark —no sabía que la sorprendía más, si el hecho de que Nat estuviera hablando durante una emboscada o que estuviera defendiendo a Tony—. Puedo decirte de primera mano, como alguien que sabe interpretar a la gente, que sus motivos eran los mejores —bueno, si Black Widow le estaba diciendo que estaba tratando demasiado mal a alguien probablemente tuviera razón. Debía enfriarse.

—Tienes razón —susurró, aún con un oído en la conversación de Tony y Ultrón—. No es enojo tanto como es decepción, ¿sabes? Creí que después de todo lo que sucedió conmigo tendría un poco más de cuidado con las gemas —agregó, para luego volver su completa atención a la conversación tras la pared.

—¿Es cómodo? —escuchó una voz que no era la de Ultrón. Definitivamente ese era Pietro— ¿Como en los viejos tiempos? —agregó y Liv podía apostar su gata a que se refería a las armas.

¿Cual era la fijación del muchacho con Tony? Sabía el historial de pérdida que tenía por culpa de Stark Industries pero era casi como si Liv culpara a su madre por la muerte de su padre. Bueno, siendo justa lo había hecho, pero cómo por semana y media. Trece años le parecía un tiempo excesivo para alimentar un rencor infundamentado. En serio debía hablar a solas con el muchacho al respecto.

Warzone Legacy || Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora