Los que nacimos con esta habilidad siempre fuimos despreciados y tachados como errores que no deberían existir. Las brujas no perdonan, y no tienen piedad contra nosotros por ser diferentes, por necesitar robar de alguien más lo que tuvo que haber e...
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Estaba viva, respirando frente a él, lanzando maldiciones como solo ella podía hacerlo.
Todo signo de muerte en su cuerpo se había desvanecido por completo, la piel había regresado a su tono rosado pálido normal y las venas en su cuerpo ya no se marcaban. Era como si nada hubiera pasado, como si no hubiera estado completamente muerta por más de dos horas. Y lo más desconcertante era que ella no estaba para nada afectada.
Cuando al fin la híbrida dejó de maldecir a la licántropo que le había estacado el corazón, volteó su atención al Druida que no salía de su estupefacción.
Milla suspiró al darse cuenta del estado de su viejo pupilo, y su corazón se rompía pensando en lo que mal que lo tuvo que haber pasando al creer que ella estaba muerta.
–Sé que estas confundido. –empezó con cautela. –Contestaré todas las...
No pudo terminar de hablar cuando Deaton se abalanzó sobre ella sin importarle que estuviera mojada, envolviéndola fuertemente en sus brazos. Las comisuras de los labios en la rubia se elevaron en una sonrisa correspondiéndolo. No podía estar más feliz de tener a alguien como Deaton en su vida, que se preocupara tanto por ella. Lo amaba, haría cualquier cosa por él, él era su familia.
Después de separarse, Alan tomo el rostro de Milla entre sus manos, sus ojos moviéndose de aquí para haya revisándola de pies a cabeza, pues todavía no podía creer que estuviera con vida.
–No tiene sentido, la estaca estaba en tu corazón. –la interrumpió –Ningún vampiro puede sobrevivir a eso. Los únicos que podrían son...
Se detuvo abruptamente cuando entendió todo. Su vista clavada en la híbrida frente a él, encontrando esos ojos afligidos que rogaban por perdón, confirmándole lo que ahora veía tan claro como el agua. Por instinto, apartó sus manos de ella y dio dos pasos hacia atrás apartándose. Milla mordía su labio inferir con nerviosismo, su mirada clavada en su regazo cuando no pudo seguir sosteniéndosela.
