Verdugo - Capítulo 11 "Amor imposible"

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Había pasado gran parte de mi vida siendo un asesino, un hombre que tomaba la justicia en sus manos y la hacía valer en forma de venganza. Me convertí en el Verdugo, atemorizando a una multitud entera; sin embargo, al final el poder de mi venganza cayó sobre mí, acabando con esa persona que solía ser. Y ahora, estaba frente a la segunda oportunidad que la vida me regalaba, a punto de salir a caminar con una chica que me tenía encantado, con esa persona que me hizo olvidarme de mi pasado.
-Listo, ya podemos irnos.
-Te ves muy hermosa.
-Gracias- sonrió tímidamente.
Aquella primera vez salimos a caminar al mismo parque en donde nos conocimos, el día estaba hermoso, los pájaros cantaban y el sol brillaba resplandecientemente, dándonos el calor perfecto para tener una linda caminata. En esa ocasión nos hicimos preguntas básicas para conocernos mejor y para ser sincero, mientras más me contaba sobre ella, más me encantaba, era una chica súper linda, tierna y dulce. No podía dejar de mirarla y pensar en lo bonito que sería tomarla de la mano al caminar, me sentía en las nubes y más aún cuando la veía sonreír, me derretía el corazón.
-Disculpa por tardarme tanto en buscarte- me paré frente a ella, mirandola a los ojos- pero quería estar listo para ti.
-No te preocupes, mejor disfrutemos del ahora.
Continuamos saliendo durante varios meses, a veces saliamos a caminar, otras veces íbamos a lugares turísticos, al cine, etc. Y siempre nos la pasábamos riendo y compartiendo experiencias de nuestras vidas, ella se veía muy feliz y parecía disfrutar de nuestros encuentros, hasta que un día pasamos por una tienda departamental, en la cual estaban transmitiendo la conferencia de prensa del comandante de la policía, un hombre llamado Samuel. Nos detuvimos y escuchamos con atención las palabras de aquel sujeto: "Muchos me han hecho la misma pregunta. ¿Qué opino del Verdugo?, como todos sabrán, hace poco más de un año ese hombre murió y eso nos deja claro que solo era un idiota jugando a ser delincuente. Yo no tuve la desdicha de conocerlo en persona; pero estoy seguro de que se hubiera muerto del miedo al saber que tendría que enfrentarse a mí, porque soy un hombre que hace valer la justicia, una persona que defiende las leyes hasta la muerte y no dejaré que nadie los ponga en peligro... ¡Yo cuidaré de ustedes!"
Al terminar de escuchar esas palabras tan desagradables, Patsy me pidió que regresaramos a su casa, se había sentido mal por alguna razón que desconocía, así que la acompañé de regreso, sin preguntar nada, no quería incomodarla más de lo que estaba y la verdad, prefería que fuera ella la que decidiera contarme las cosas.
-Disculpa, no fue mi intención acabar este día asi, pronto te contaré lo que sucede.
-No te preocupes, espero que pronto podamos volver a vernos.
-Me encantaría - dio media vuelta y entró a su casa.
Me sentía confundido, pero a la vez comprendí que fue aquel policía el que ocasionó todo, por lo cual decidí investigarlo con ayuda de Violeta y descubrimos que tenía varias denuncias en su contra por abuso de poder, violacion a los derechos humanos y corrupción; no obstante, seguía en su cargo policíaco debido a que nadie tenía el valor de ponerlo en su lugar.
Pasaron algunos días en los que Patsy se negaba a salir conmigo, a pesar de que iba continuamente a buscarla, entonces comprendí que mi historia de amor con ella, no podría realizarse.
-¡Espera por favor!- corrió detrás de mí, dándome un gran abrazo- necesito hablar contigo.
Debido a que el clima estaba muy frío y con algo de lluvia, decidimos ir a tomar un rico cafe con pan, para mantenernos calientes mientras hablábamos.
-Necesitaba tiempo para darme valor y aclarar mi mente, para no confundirte.
-Lo entiendo perfectamente- acaricié su rostro tiernamente.
Me confesó que aquel día se sintió mal al ver al comandante, debido a que él hablaba de justicia cuando en realidad hacía todo lo contrario y es que ella tenía una pequeña historia con ese hombre, la cual no podía olvidar. Me contó todo lo que pasó con su padre y el motivo por el cual no se sentía rara estando cerca de quien fue el Verdugo, decía que gracias a mí, una parte de su corazón quedó sanada, debido a que concreté su venganza y por ello necesitaba tiempo para pensar la manera en la que me confesaría eso. No pretendía darme a entender que de una u otra manera, el mundo necesitaba al Verdugo, porque sin él, la corrupción no pararía jamás y personas como Samuel, estarían en las calles en lugar de estar tras las rejas.
Sus palabras me hicieron sentir extraño, moría por estar a su lado, por ser más que su amigo y amarnos como nunca nadie lo ha hecho; sin embargo, no podía huir de lo que antes fui, en cada esquina aparecía, en todo momento mencionaban algo del Verdugo. Se me olvidó por completo que a los héroes los olvidan rápido, pero a los villanos los recuerdan para siempre y más si esa mala persona estuvo en contra de las leyes tan hipócritas de esta torcida sociedad, a ellos los toman como un ejemplo a seguir y por esa maldita razón, no existía forma de arrancarlo de mi vida, porque ni muerto dejaba de aparecerse.
-Ahora entiendo porque siempre miras a los ojos- me tomó de las manos- ellos muestran toda tu verdad.
Se dio cuenta del temor que estaba sintiendo, sabía que quería estar a su lado, pero temía por su bienestar, porque tarde o temprano el pasado me iba a alcanzar y no quería arrastrarla conmigo. No se merecía un futuro lleno de sangre en el que tenía que estarse escondiendo y temiendo por su vida.
-Entiendo tu postura y considero que tienes razón, aunque me gustaría ser parte de tu vida- Me abrazó cálidamente- tal vez no podamos ser algo más, pero siempre seré tu amiga.
Un par de lágrimas brotaron de mis ojos, me dolía el hecho de alejarme de su lado, aunque estaba seguro de que era lo mejor para ella y a pesar de que me dolía de solo pensarlo, tenía la esperanza de que encontrara a alguien que la amara y la hiciera feliz de verdad.
Dicen que el amor duele y que a veces se necesita sacrificar algunas cosas para no dañarlo y creo que nosotros estábamos dando una gran prueba de que lo que sentíamos era verdad, puesto que decidimos convivir durante un par de meses más; pero solo como amigos, sabiendo que lo q sentía no era coincidencia, porque ella se hizo parte de mi existencia y aún sabiendo lo que viví con Melisa, jamás pensé que volvería a caer en un desierto y terminaría sediento de su corazón, porque el amor que sentía era indomable a pesar de que era prohibido.
Seguramente para este punto se estarán cuestionando el porqué hablo de amor en tan poco tiempo y la verdad es que el amor no tiene fecha ni horario, así como se puede sentir en un año, también llega en un instante, al mirar a los ojos a esa persona y por dentro sentir cosas inimaginables. Así es el amor. Por eso estaba tan seguro de lo que ambos sentíamos.
En fin, pasamos exactamente un año saliendo como amigos y todo marchaba bastante bien e incluso me acompañó a arreglar los papeles de mi cartilla militar, con la esperanza de que no me tocara marchar; aunque como ya se imaginarán, mi suerte iba de mal en peor y me tocó bola blanca, así que pasaría todo un año de mi vida asistiendo cada fin de semana a un cuartel militar, recibiendo órdenes de un puñado de personas con espíritu belicoso. No había mejor forma de terminar mi día que sabiendo que tendría que pararme temprano para hacer un recorrido de hora y media, que debia cortarme el pelo recurrentemente, ponerme una playera blanca con unas letras enormes en el pecho, un pantalón de mezclilla azul un tanto ajustado y una bonita gorra roja, para marchar al ritmo del paso veloz... Sin duda alguna, era un sueño hecho realidad.

En La Piel De Un Asesino. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora