Imagina que eres una persona de un nivel socioeconomico C, o sea que eres parte de la clase media, no eres ni rico ni pobre; pero sin embargo eres ambiciosa y estás dispuesta a hacer lo que sea con tal de ganar un poco más de dinero, incluso eres capaz de torturar a una pobre mujer que en tu puta vida has tratado, no la conoces y realmente no te interesa hacerlo, solo estas enfocada en el dinero que te estás ganando... Ahora que estamos en contexto, dime, ¿Crees que vas a poder vivir tranquilamente con tu dinero sucio? Recuerda que todo en esta vida se paga y un día podrías estar en tu casa, sentada en sillón junto a tu padre, viendo las noticias y enterandote que se cumplen cinco años de la muerte del Verdugo y entonces alguien toca el timbre de tu casa. Tu padre se pone de pie y se dispone a abrir la puerta, en ese momento escuchas un balazo, volteas y ves como el hombre que te dio la vida se desvanece lentamente, dejando a la vista a la persona que lo asesinó. Por obvias razones, el miedo empieza a envolverte y tus piernas parecen no tener la fuerza suficiente para moverse, solo puedes concéntrate en aquel hombre del bozal que poco a poco se acerca a ti y en un rápido movimiento te apuñala, llevándote hacia suelo. Comienzas a sangrar y a suplicar por tu vida, jurando que no le has hecho daño a nadie y que ni siquiera conoces a esa persona que tienes delante tuya, en ese instante recuerdas que no tuviste piedad por una persona a la cual tampoco conocías y comprendes que al final, el poder de la venganza te alcanzó y ahora es tu turno de morir, porque no tienes otra opción más que ver como aquel sujeto te apuñala una y otra vez, para después hacerte una "V" en el pecho, colocar dentro de tu cuerpo una pequeña carta, después sacarte el corazón y usar la sangre que este chorrea para marcar otra "V", pero en esta ocasión en la pared, señalando el regreso del Verdugo.
Así fue como cometí mi primer asesinato, después de tanto tiempo, incluso dejé una nota, la cual tenía escrito todo lo que acabas de leer anteriormente. Era mi forma de alertar al mundo y prepararlo para vivir la venganza del Asesino Perfecto.
Pasaron algunas horas y como ya se imaginarán, el mundo se volvió loco. Salieron videos de teorías de todo tipo, la gente tenía debates sobre el tema de mi resurrección y los medios de comunicación intentaban manipular la situación para hacerles creer a todos que quien había cometido aquel asesinato, no era más que un simple imitador, nada de que preocuparse. Cuando en realidad se estaban muriendo del miedo al no entender lo que realmente sucedía.
Tenía muy claro que mis planes requerían de mucha más gente de la que imaginaba, por lo que decidí llamar a cobra, quien tenía un grupo delictivo con el que se dedicaban a robar pequeños bancos y joyerías. Les propuse un trato muy tentador y aceptaron sin pensarlo. También me reuní con Patsy en mi casa, para plantearle mi plan.
-No quiero que te involucres mucho en esto, por lo cual tengo un trabajo especial para ti. - me acerqué a ella y la tomé de las manos- ahora eres dueña de Ferr Qiellor.
Mi plan consistía en tener una empresa completamente legal, para que nos sirviera de respaldo por si llegaban a descubrirnos, así tendría un ingreso económico, lo suficientemente fuerte como para seguir solventando los gastos que tendrá el ser un asesino vengador.
-Claro, muchas gracias por tomarme en cuenta. No te voy a fallar- expresó Patsy, con una linda sonrisa.
-Muchas gracias, ahora debo realizar una pequeña visita.
Tomé mis cosas y me dirigí a la casa de Mario. Al llegar oculté mi identidad y sin problemas ingresé a la casa.
-¿Quién eres tú?- Dijo Mario, aterrado.
-Vengo a ofrecerte la oportunidad de trabajar con el Verdugo- respondí concretamente.
Mario comprendió lo que estaba sucediendo, entonces se puso de rodillas, agachó su cabeza y mostró su lealtad hacia mí.
-Vámonos, tenemos cosas que hacer.
Al llegar a casa, me percaté de que Cobra tenía muchos más amigos de los que pensé y eso me daba la facilidad de organizar a todos. Algunos harían una pequeña construcción que tenía en mente, mientras que otros me acompañarían a comprar armas como para una guerra mundial, mientras mis nuevos juguetitos llegaban a casa.
¿Cuál es el plan?- preguntó cobra.
-Vamos a ir por el padre de Alejandro.
Compramos todo tipo de armas, tanto blancas como de fuego, silenciadores, diferentes explosivos, algunas camionetas y ropa blindada para todo el equipo.
Estábamos listos para iniciar la guerra en contra de la justicia, así que de inmediato empacamos todo lo necesario y nos dirigimos a la casa de Gustavo. Al llegar ahí, organicé a todo el equipo.
-Gustavo es un hombre muy egocéntrico y por ello no tiene gente cuidandolo, así que esto será demasiado fácil- saqué mi pistola y apunté hacia la casa- van a entrar y capturar a su familia, mientras otros irán metiendo mis cosas.
-¿Y tú qué harás?- cuestionó cobra.
-Tengo asuntos pendientes que resolver... Con Gustavo.
Rápidamente comenzamos con la operación, entrando con facilidad a la casa de la familia de Alejandro, encontrándome con su padre en la habitación de la empleada doméstica, siéndole infiel a su esposa.
-No cabe duda de que eres un perro desgraciado- le disparé en la cabeza a aquella mujer, antes de que pudieran hacer algo.
-¿¡Te vas a arrepentir!?- sacó una pistola del buró y me apunto tembloroso.
En ese momento se escucharon los gritos desesperados de su esposa e hija, haciendo que ese desgraciado cambiara su expresión y bajara su arma.
-Vamos a negociar, ¿Cuánto dinero quieres?- preguntó sumiso.
-Camina o ellas se mueren-respondí en un tono de burla.
Gustavo caminó detrás de mí, esperando el momento perfecto para atacarme; pero no se imaginó que al llegar a la sala sería golpeado en la nuca, perdiendo la conciencia.
Minutos después se despertó en un lugar a oscuras y se percató que estaba elevado con cuerdas sobre una pirámide de madera con punta de acero sobre su cúspide y frente a él, tenía a su peor pesadilla.
-Gustavo, quiero presentarte a mi nuevo juguete... ¡¡La cuna de judas!!, un hermoso instrumento de tortura que tendrás la dicha de estrenar.
-¿Qué es lo que pretendes, maldito?
Me pare lo más cerca posible, mirándolo fijamente y entonces ordené que lo dejaran caer. Disfrutando de los gritos de desesperación que daba, al sentir como una afilada punta se introducía en sus geniales y en su zona rectal.
-¡Justo por ahí te metiste las leyes que violaste al permitir que maltrataran a mi madre!- grité con coraje, al mismo tiempo que Gustavo era elevado nuevamente.
-¿Tú... Madre?
Estaba seguro de que había entendido el mensaje y tenía conciencia de que el Verdugo y Charly, son la misma persona.
En aquel momento se encendieron las luces, dejando a la vista a la esposa e hija de Gustavo, ambas sometidas ante el Garrote vil. El cual era un poste de madera que consistía en un collar de hierro atravesado por un tornillo acabado en una bola, que al girarlo causaba a la víctima la rotura del cuello. La muerte se producía por la dislocación de la apófisis odontoide de la vértebra axis, sobre el atlas en la columna cervical. Si la lesión producida aplastaba el bulbo raquídeo o rompía la cervical con corte medular, se producía un coma cerebral y la muerte era instantánea; pero todo realmente dependía de la fuerza que se le aplicaba y la resistencia que tenia el cuello de la persona sometida.
-Hoy se tatuará en tu alma la razón por la cual me llaman, El Verdugo- solté una carcajada y comencé a girar los tornillos, aplastando el cuello de ambas- pobrecitas, no pueden ni gritar.
A pesar de que su zona rectal estaba sangrando, Gustavo tuvo la fuerza suficiente para gritarme que sentía placer al ver todo lo que hicieron con mi madre.
-Déjenlo caer, después lo desatan y lo curan para que no se muera.
De nuevo fue atravesado por aquella afilada punta, solo que esta vez la fuerza del impacto fue superior, que incluso le causó un daño irreversible en la columna. Por suerte fue posible mantenerlo con vida y así poder dejarlo tirado en el suelo.
-Tus mujercitas se estan quedando sin oxígeno, lástima que no puedes levantarte a ayudarlas.
Pedí que me pasaran el maso, me coloqué en medio de su cuerpo y se lo dejé caer con todas mis fuerzas sobre sus rodillas y después sobre sus hombros, destrozandoselos por completo. Él no paraba de gritar, el dolor que estaba sintiendo era inmenso, pero no el suficiente.
-Diste la orden de que la trataran mal y considero que después de eso, ya no necesitarás tu lengua- tome un cuchillo, puse mi rodilla sobre su garganta para hacer que abriera su boca y le corté la lengua.
La esposa de Gustavo comenzó a llorar y con mucho esfuerzo me suplicaba piedad, por lo que me acerqué a ella y tranquilamente le expresé mi sentir.
-Su esposo no era digno de ver a mi mamá sufrir y ahora no podrá ver de nuevo- le sonreí aunque no pudiera verme y me alejé de ella.
La venganza estaba por completarse, por ello tomé un par de desarmadores, caminé hacia el desfallecido Gustavo, me senté sobre su pecho colocando los desarmadores cerca de su cabeza y con mis propias manos le arranqué los ojos, lenta y dolorosamente. Mientras se retorcía intentando tirarme.
Sin levantarme volteé a ver a su esposa e hija, tomando la decisión de acabar con su sufrimiento, ordenando que le dieran toda la vuelta a sus tornillos acabando con sus vidas.
-Ahora el toque final... Saber que lo último que escucharás en tu vida será mi encantadora voz- tomé los desarmadores, se los clave en lo oídos y dándole vuelta se los troné.
Sonreí con tanta satisfacción, no me arrepentía por nada de lo que había hecho y claro que lo volvería a hacer, ese era el propósito. Entonces Cobra se acercó a mí, un tanto asombrado por lo que acababa de vivir.
-¿Y ahora que sigue, Verdugo?
-A ellas las vamos a empalar en la entrada, formando con ambas una gran "V"- me puse de pie y di media vuelta, quedando frente a Cobra- y a este perro nos lo vamos a llevar, lo necesitamos con vida.
Los secuaces de cobra realizaron el empalamiento, el cual era un método de tortura y ejecución donde la víctima es atravesada por una estaca. La penetración puede realizarse por un costado, por el recto, la vagina o por la boca. La estaca se solía clavar en el suelo dejando a la víctima colgada para que muriera, solo que en esta ocasión ya estaban muertas y solo formarían parte de mi símbolo personal, para que todos supieran quien estuvo dentro de esa casa.
El primer objetivo pesado había caído, convirtiéndose en mi proclamación de guerra en contra de quien se me pusiera enfrente. Ahora se darían cuenta de que mi venganza no tendrá límites y será tan brutal que temblarán con el simple hecho de escuchar mi nombre, porque yo soy el Verdugo y seré... Un Asesino Perfecto.
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En La Piel De Un Asesino.
Ficción GeneralMuchos lo odiaros, otros tantos lo amaron; pero todos estaban de acuerdo en que él era el ser más peligroso de la historia. Estás a punto de conocer el otro lado de la moneda, siendo testigo de la parte más humana de quien se convirtió en el Verdugo...