Capítulo 31. Lo que es.

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"Recordé preguntarte sobre si el verdadero amor duele, tu voz suena en mi mente en una respuesta que selló. Dijiste que en realidad todo duele, incluso sonreir, reir y callar... Amar también... Es lo mas puro que existe en la vida de alguien...
Cuando prometí quedarme a tu lado estaba hablando en serio, cuando tome tu mano mi corazón no cesó... Cuando bese tus labios pulcros en refinadas capas por los mas suaves y espesos petalos de rosas, con el olor a la esencia de tu cuello...
Cuando me entregaste tu alma y cuerpo, en como cada llema de mis dedos recorrió hasta la mas profundo y escondidos lunares de tu cuerpo bañado en la suavidad de la cera al secarse...
Mirando deleites de tus sonrrojadas mejillas como el color de una manzana pura y colorida. En como los gemidos se vuelven en tonos de una cajita de musica, su voz dulce y tierna hace juego con la delicadeza y brillante sonriente....
Te recuerdo... Hasta que mis sentidos lo permiten... En mis sueños eres tu en el radiante y hermoso ser que eres... Te amo, si, me duele, pero eso no es malo, amarte duele pero no dejaré de hacerlo, el dolor no siempre es malo, me enseña que estoy vivo... Me enseña que esto no es un sueño y enrealidad te tengo a mi lado, aunque sea poco tiempo...






Una semana despues...




Ciudad de México.



No hay forma de estar bien con los demas, sino lo estas contigo mismo, es lo mismo cuando se ama. Bueno, por lo menos ambos estamos rotos.





Alondra: -"Louis, no llores... Esto... Esto iba a pasar en cualquier momento... No podemos hacer nada". Dijo en cortos y pausados sollozos, abrazando con fuerza a un chico de ojos rojos y lagrimas ardiendo en sus mejillas.

Ya hacía una semana que Alondra se entero de una de las peores noticias en su vida, no comió ni hablo durante un dia, efectivamente Eunice se suicidó y nadie entendía sus razones, solo la castaña que despues de leer una y otra vez esa carta en caligrafía hermosa y cursiva, entendía todo. Lloró como nunca, los pedazos de su corazón roto se expandieron por los frios pisos de marmol, recorriendo con su vista una y otra y otra vez las palabras grabadas sobre el papel. Le tomó un tiempo asimilar la verdad, __________ estuvo a su lado en cada momento, dandole animos en seguir con una vida que desde un principio tenía exito y valentía.

Pareció que Alondra empezaba a ser la misma de antes, repitiendose que tenia que dejar ir a su madre para que esta descansará en paz. Todo parecía ir bien. Se olvidaron del reloj de arena que estaba sobre la frente de __________, no fue necesario buscarlo, el destino se los recordó de la manera mas brutal. Y esta vez ya no habría pausas, ya no habría palabras alentadoras... Ya no había tiempo.

Alondra: -"Louis, necesitan saberlo, vamos se fuerte". Lo tomó de las mejillas viendolo a los ojos, las lagrimas corrian por cada una de su delicada y poposa piel. Asintió tragando duro.

La castaña lo abrazó por los hombros, dando cortos y lentos pasos por el pasillo que los llevaría a la sala de espera, donde todos esperaban con ansias, con corazones acelerados que retumbaban en cada uno de los cuerpos. Para Louis ya todo había sido gris, las paredes, el piso y su corazón. Todo se marchito en un santiamén. Llegaron hasta su destino, Madeleine tan pronto y noto su presencia se levanto de ese banco frio, con los ojos aguados y sus labios fijados en una línea continúa y seca.

Alondra se acercó tan rápido, abrazandola fuerte y delicado, sollozando y dejando caer todo su dolor, mojando con sus lagrimas el delicado y hermoso suéter azul de la mujer. Esta seguía en shock, no queriendo hacerse a la idea de una constante totalmente comprobada. El ojiazul igual, mirando sus pies, jugueteando, reprimiendo lagrimas y gritos.

Madeleine: -"Ella... Ella esta bien ¿Verdad? El d-octor dijo que su...  enfermedad sa-no... ". La castaña y todos la vieron con el seño fruncido, con una mueca en su cara de total confusión. -"¡Ella esta bien! ¡Haha! ¡Mi niña esta bien!". La mujer empezo alterarse tanto que empezaba a reir con total felicidad, alzaba los brazos para allá y para acá. Nadie sabía que ocurría, esto se empezó a descontrolar, y entonces llamaron a un médico que de inmediato la trasladó hasta una camilla y comenzo a hacer revisiones.

Un mundo paralelo (Louis y tu) |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora