❝La vida pende de un hilo y tú estás dispuesto a robármelo, todos estamos en peligro contigo aquí❞.
¡Prepárate para una buena dosis de Drama!
#4 en BIA |12•08•19|
#1 en Guido Messina |16•09•19|
#2 en Julio Peña |24•10•19|
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•°━━━━━━━━━━━━━━°• Capítulo 06 "La cruda verdad" •°━━━━━━━━━━━━━━°•
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Había transcurrido ya 1 hora desde que Michael hizo su aparición en el sótano. Giulia e Isabela habían curado y limpiado sus heridas, así como todos los demás consumieron la comida que el chico les dejó.
Ahora yacían sentados en el suelo mirando a la nada, excepto Agustina que caminada por el lugar sin parar y pasando sus manos por su rostro continuamente, tal vez con un nuevo ataque de ansiedad y pánico azotándola.
— Necesito salir de aquí— habló la chica con tono desesperado.
— Todos, Agustina, todos— le respondió Giulia.
Agustina se acercó curiosa al ropero e inspeccionó dentro de él.
— Vamos Agus, no hay nada allí. A no ser que sea la entrada a Narnia y nos lleve a ese lugar de ensueño, aunque si fuera así... elijo a Edmund— la rubia no pudo evitar soltar uno de sus chistes, que la llevó a recibir una mirada de ironía por parte de su amiga.
— No, no. Debe haber algo que nos ayude a salir de aquí— ya fastidiada golpeó con su puño el fondo del ropero, haciendo un sonido hueco. Repitió la acción dos veces más.
Todos la miraron expectantes, sabían que ese sonido normalmente significaba que había algo detrás o debajo, tal y como aparecía en las películas.
— Creo que hay algo más aquí— dijo mirando a los demás.
Julio y Guido se acercaron al ropero para inspeccionarlo.
— El fondo es como una puerta corrediza. Aquí...— Guido jaló de un pequeño prendedor para quitar el seguro y así poder abrir el pasaje— Se abre.
Con cuidado deslizó la puerta y se pudo mostrar un largo pasillo.
— Tal vez sea la salida— dijo ilusionada Agustina.
— Iremos a dar un vistazo— Julio ingresó seguido de Guido.
— ¡Esperen!— dijo Giulia, los dos chicos pararon su curso y voltearon a verla— ¿Y si viene Michael y los descubre?.
— Hace poco vino, no vendrá en un buen rato— dijo Isabela indiferente.
— No tardaremos, sólo verificaremos si es la salida, si lo es... volveremos por ustedes— sin más, ambos siguieron su paso.
El pasillo estaba iluminado por algunos rayos de luz que se filtraban por algunas rendijas, las paredes eran de madera pero aún así persistían reforzadas, era casi imposible poder quebrarlas siquiera. Había dos desviaciones y al final otro largo pasillo en donde en el fondo se podía apreciar una puerta algo añeja pero resistente.
