❝La vida pende de un hilo y tú estás dispuesto a robármelo, todos estamos en peligro contigo aquí❞.
¡Prepárate para una buena dosis de Drama!
#4 en BIA |12•08•19|
#1 en Guido Messina |16•09•19|
#2 en Julio Peña |24•10•19|
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•°━━━━━━━━━━━━━━°• Capítulo 35 "My Dilemma" •°━━━━━━━━━━━━━━°•
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¿Qué se pensaba? ¿Que podía simplemente aparecer y encima reclamarle por algo que ya ni siquiera debía importarle? A como pudo salió de la facultad, pero para arruinar aún más la situación, en el estacionamiento principal se encontró a Alessa, recargada en un automóvil como si estuviera a la espera de alguien, se imaginó enseguida a quien. Intentó pasar de largo y no reparar en su presencia, pero su voz la detuvo.
— Hola Isabela— le saludó y se acercó un poco a ella.
No quería contestarle pero tampoco sería descortés— Hola Alessa— dijo por fin.
— ¿No viene Julio contigo? Entró a hablarte.
— Seguro ya sale— tuvo la intención de irse pero otra vez su voz la detuvo.
— Siento haberle enviado esas imágenes a Julio, les causé conflictos. Necesito disculparme contigo también Isabela— volteó a verla obviando la situación. Era más que lógico que ella había sido.
— No tienes que disculparte, mi relación con Julio ya estaba fragmentada para ese entonces— le aseguró. Alessa sin embargo ya no la miraba a ella, sino más bien a un punto fijo tras de sí.
Sabía de quién se trataba así que no volteó— Debo irme— dijo y puso marcha nuevamente, necesitando mantener su distancia.
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— Julio, ¿estás bien?— le preguntó Alessa desde la isla de la cocina.
— ¿Hum?— divagó tan metido en sus pensamientos. No podía dejar de repetir la canción que había escuchado cantar a Isabela, unas horas atrás. En ese momento, al verla interpretar, recobró la cordura y analizó todo lo que le había dicho, cayéndole como balde de agua fría.
Aún así no midió sus palabras y eso pareció afectarle, pues salió corriendo sin darle la oportunidad de que lo escuchara. Entonces lo entendió, le había echo daño, jugó con las palabras incorrectas y se sintió un imbécil. Después de todos los obstáculos que habían enfrentado para permanecer juntos, el único que arruinó todo fue él. Bien dicen que el máximo enemigo de una persona es sí mismo, al mantener tu mente en contra.
— ¿En serio no confías en el señor Valente?— le preguntó al fin.
— Tuvo contacto con mi padre, eso para mí lo hace sospechoso y alguien de cuidado— le respondió mientras se acercaba a él con dos platos de pasta.
El chico tomó uno y le agradeció.
— ¿Aún quieres encontrar a tu padre?
— Sí, espero con ansias el día en que pague por todo lo que ha hecho— su mirada se volvió vacía, con cierto rencor— Pero no creo que ese día llegue pronto.
