❝La vida pende de un hilo y tú estás dispuesto a robármelo, todos estamos en peligro contigo aquí❞.
¡Prepárate para una buena dosis de Drama!
#4 en BIA |12•08•19|
#1 en Guido Messina |16•09•19|
#2 en Julio Peña |24•10•19|
— Iré a preparar las habitaciones de huéspedes, es muy seguro que el norte no merme hasta mañana— propuso Malena.
— Gracias pero siento que ya hemos causado demasiadas molestias— dijo Giulia.
— Para nada. Hemos disfrutado de su compañía, además es peligroso salir— Gastón los miró meditando.
— Vale, ustedes son tan amables chicos— sonrió débilmente Isabela.
Agustín, Caro e Isa habían tomado un baño caliente para agarrar una temperatura estable y Guido yacía, aturdido todavía por el golpe, tendido en un mueble. Todos se encontraban recostados a un costado de la chimenea.
Malena se puso de pie, la siguió de cerca Gastón y juntos subieron las escaleras.
— ¿Seguro que te sientes bien? Tal vez deberíamos llevarte con un doctor— dijo Giulia mirando a Guido preocupada.
— Estoy bien... sólo fue una caída. No es necesario, además no podemos salir con éste clima— respondió el chico.
El destello naranja en el rostro de Guido, provocado por las llamas de la chimenea, hacían lucir cada una de sus perfectas facciones ahora destacando una herida no tan superficial pero que a pesar de todo, no opacaba se belleza. La rubia no fue consciente de que lo miraba tan embelesada hasta que la mirada azul del chico chocó con la suya, sonrojada apartó la vista rápidamente.
— Ya está todo listo, ¿los guío a las habitaciones?— la voz de Malena se dejó escuchar una vez apareció, junto a Gastón, en el umbral de la sala.
— Sí, gracias— respondió Julio. Ayudó a Isa a incorporarse.
Guido imitó la acción de los chicos y se incorporó con dificultad del sillón. Giulia se acercó a él y lo tomó suavemente del brazo, tensando al chico al instante.
— Vamos que te ayudo...— Guido vaciló— Dale no seas terco.
La rubia lo jaló suavemente y caminaron juntos rumbo a las escaleras, ambos seguían de cerca a Malena.
— Aquí están, no tenemos más habitaciones disponibles lamentablemente... pero ésta— se detuvo frente a dos puertas al final del pasillo y señaló una de ellas— Tiene dos camas individuales.
— Todo bien, gracias Malena— le agradeció Giulia.
— Bueno, los dejaré descansar. Que pasen buena noche.
— Igual— respondieron los cuatro.
La vieron alejarse y desaparecer por el pasillo. Se miraron unos instantes y Giulia se dispuso a hablar nuevamente.
