❝La vida pende de un hilo y tú estás dispuesto a robármelo, todos estamos en peligro contigo aquí❞.
¡Prepárate para una buena dosis de Drama!
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•°━━━━━━━━━━━━━━°• Capítulo 22 "Quien fue destruido sabe cómo destruir" •°━━━━━━━━━━━━━━°•
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— Te sorprenderías primor.
Isabela se acercó ahora con pasos más cautelosos. Michael desvió la dirección del arma, de Ruggero a ella.
— ¡Hey! No te atrevas a apuntarle imbécil— de un momento a otro Ruggero sacó una pistola y apuntó a Michael con amenaza.
— Pero qué... ¿qué haces tú con una pistola?— Isa miró al chico con espanto, incrédula de que tuviera una, es más, que la cargara consigo.
— Es para protección Isabela, justo lo que estoy haciendo ahora.
— ¡Ay por favor! Deja de mentirle— objetó Michael, sin dejar de apuntar a Isabela.
— Isabela, regresa al automóvil— Ruggero miró a la chica suplicante.
— No, quiero la verdad... estoy harta de todo esto— avanzó más hacia Michael, posicionándose a escasos dos metros, frente a él, sin temer del arma— Estoy cansada de toda esta mierda... otra vez me arrebataste a quienes más quería, los mataste.
— ¿Tus amiguitos y el idiota español? Bueno, no fui yo. Tenía cosas más importantes por hacer en ese entonces, como por ejemplo buscarte, amor— bajó el arma y se acercó a ella para acariciarle la mejilla. Isabela le sujetó la mano con fuerza, frenándolo.
— Si no fuiste tú, entonces ¿quién los mató?— le sostuvo la mirada.
— Ana se deshizo de ellos. Ése mérito es de ella, de tu mejor amiga— le sonrió con suficiencia— La pelirroja en verdad te odia, ¿qué le hiciste?
— Yo no le hice nada, ella probablemente es una más de tus víctimas— lo soltó y empezó a retroceder.
— Pensé que querías saber la verdad— la voz del chico la frenó de golpe.
— Si es sobre otro de tus juegos sádicos, ya no quiero saber nada.
— ¿Sádico? ¿estás hablando de mí? A Ruggero le queda mejor esa descripción.
— Isabela, ¡sube al automóvil ahora!
— Ya no me digas lo que tengo que hacer... ¿tú también ocultas algo, cierto? Por eso no quieres que escuche.
— Vamos Ruggero, dícelo.
— Todo iba tan bien, iba a sacarte de aquí... y este imbécil vino a joderlo todo— miró con odio a Michael.
— Así como lo ves, éste imbécil se encargó de mantenerme recluso todo este tiempo, me traicionó a mí para lograr llegar a ti.
— ¿Qué? Ay no puede ser, soy una gran ilusa. Te llegué a estimar, te agradecí haberme mantenido salva pero eso era contraproducente, me mentiste.
