XXVIII

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– ¡Joder, Paulette! - grito su marido - ¿podrías prestarme algo de atención?

Paulette sacudido la cabeza y se quito de la boca el dedo pulgar que mordía. Desde hacia una semana que estaba así a causa de los recuerdos de la tarde que había pasado con Rubén. Su marido no se había enterado por supuesto, pero la notaba distraída y eso le sacaba de quicio.

– Perdóname, ¿Qué decías? - decía ella.

Después del acto carnal que habían tenido Paulette y Rubén en su apartamento no habían acordado en verse mas, ella estaba realmente asustada por lo que su marido le pudiese hacer si notaba que se seguía viendo con ese hombre. Y Rubén tampoco había dicho gran cosa, ya que estar con Paulette significaba para él enamorarse de nuevo y dejar la vida de chicas por doquier que tenia.

En fin, lo que paso en esa tarde no había cambiado nada en sus vidas: Rubén seguía con sus andanzas y Paulette con su miserable vida. Aunque era ella quien mas quería cambiar su destino, era ella quien mas necesitaba de Rubén, lo amaba y quería recuperarlo pero sabia que eso no era así de sencillo.

– ¿Podemos vernos?

Luego de unas cuantas semanas después de lo ocurrido, Paulette había decido llamarlo para lograr verse de nuevo. Obviamente a escondidas de Mike.

– Mmm... - dudo Rubén - no lo se, Paulette, yo creo que es mejor que no...

– ¿Por que?

– Pues, por lo que me dijiste. No quiero tener problemas con tu esposo y yo tengo otra vida...

– Rubén, por favor, solo necesito decirte una cosa. Mike no esta, puedes pasarte mañana en la tarde... - Rubén suspiro al otro lado de la línea.

– Vale, solo envíame la dirección y estaré allí a primera hora en la tarde...

El plan de Paulette no era acostarse de nuevo con Rubén (aunque lo quisiera y no se negaría), era decirle lo que sentía y ver su el estaba dispuesto a cambiar sus vidas. A sacarla de su miseria.

Mike no estaba ese día ya que tenia que viajar constantemente a su país natal por trabajo, y como siempre Paulette se quedaba sola. No iba a desaprovechar la oportunidad. Esa tarde soleada, vio que un coche negro aparcaba en la entrada de su casa y Rubén salía de allí. Paulette suspiro profundamente y fue a abrir.

– Hola - dijo él, dándole un beso en la mejilla.

– Hola. Pasa por favor...

Siguieron a la sala y Paulette le ofreció algo de beber. Ambos se sentaron en el sofá.

– ¿Tienes afán? - pregunto Paulette.

– Si, algo, ¿por que?

– No, es que... te noto algo inquieto...

– Si, bueno, es que estar en la casa del esposo de tu ex pues... - rieron - ¿Qué querías decirme?

– Amm... - suspiro - bueno, es que yo... Rubén, desde un principio yo quería encontrarme contigo, desde que vi a Alex supe que el seria mi boleto hasta ti... Lo que quiero decir es que... Agh - se rasco la nuca - Te pregunto si existe la posibilidad de que...

– ¿Tu y yo...? - ella asintió pero el frunció el ceño confundido - ¿por que?

– Por que... Se que sonara ridículo pero después de tanto tiempo yo sigo sintiendo cosas por ti, Rubén...

Rubén levanto las cejas a la par de su asombro. Sabia que esta chica llevaba una vida de mierda pero no que siguiera sintiendo cosas por el después de tantas cosas que pasaron. Puede que esa noche en la que estuvieron juntos le pudiera dar un indicio pero el en esos momento solo pensó que ella lo deseaba y el a ella. Nada mas.

Just Sex [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora